ORGULLO UNAB | La delegada presidencial para la que es fundamental el respeto por quienes piensan distinto
Alejandra Cortés es la actual Delegada Presidencial Provincial de Cordillera de la Región Metropolitana, tarea en la cual se ha propuesto contribuir a la comunidad manteniendo, por sobre todo, algo que para ella es fundamental, el respeto por quienes piensan distinto, experiencia que puso en práctica en sus años de estudiante de la carrera de Kinesiología en la UNAB, cuando según ella misma recuerda, fue parte de una vida universitaria caracterizada por la pluralidad, y cuyos escenarios fueron primero Campus República y más tarde Campus Casona.
Egresó en 2009, y desde ese momento comenzó un camino en el que siempre ha buscado involucrarse en procesos y escenarios desafiantes, como lo fueron el internado en la UCI del Hospital del Salvador, o sus funciones en el Hospital Luis Calvo Mackenna o en la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (COMPIN) de la Región Metropolitana, hasta llegar a ocupar su actual cargo, lo que considera un honor, pero también una labor compleja, dadas la diversidad y heterogeneidad del área en la que debe representar al Presidente de la República.
¿Qué comunas componen la zona Cordillera de la Región Metropolitana, donde se desempeña como Delegada Presidencial?
Puente Alto, Pirque y San José de Maipo, comunas muy distintas entre sí, sobre todo por sus naturalezas urbana o rural, y entre las que además, existen necesidades muy disímiles. Sin embargo, y en eso le agradezco a la Universidad Andrés Bello, me gustan las responsabilidades en que debo lidiar con realidades diversas.
¿En qué sentido le agradece?
En el sentido de que fue ahí donde pude conocer mundos muy distintos. Antes había estudiado Veterinaria, tres años en otra universidad, en la que toda la gente era parecida, cosa muy distinta de lo que vi en la UNAB, donde compartí con compañeros de orígenes y culturas diferentes, y donde pude ver que había una integración mucho mayor con la ciudad.
Esa apertura a lo diverso, ahora la aplica en la política.
Sí, y eso viene aparejado con otra cualidad a la que le doy mucha importancia: mi respeto hacia todos, aunque sean o piensen muy distinto a mí. Como te comento, eso lo pude practicar en UNAB, aunque también en mi actuar en política, como vicepresidencia nacional del Partido Liberal -donde fui la Vocera de la Comisión de Género y Secretaria Regional Metropolitana-, colectividad desde la cual siempre he puesto en valor la fraternidad y el objetivo de ser tal como me gustaría que el mundo fuera. Porque soy una convencida de que la política y la vida también, deben ir hacia eso.
¿De qué forma, piensa, que está contribuyendo a la sociedad?
Pienso que lo hago cuando busco puntos de acuerdo, cuando trabajo las diferencias con respeto, cuando establezco nexos entre los distintos actores de la sociedad, cuando trabajo para que los recursos y la voluntad política se pongan donde se ponen las palabras, siempre con un acento fraterno y solidario. Quiero marcar esa diferencia, y pienso que lo estoy logrando y que la comunidad lo está notando.
¿Cómo se ve en unos años más?
La verdad, no sé a dónde me llevará el viento, pero lo que sí tengo claro es que estaré participando en tareas complejas y, al mismo tiempo, disfrutando el camino, por más difícil que sea.
Realmente, se nota que lo disfruta.
Te lo resumo así: muchas veces, a reuniones políticas, tuve que llevar a mis hijos chicos, y eso, por ejemplo, me ha servido para enseñarles a ellos mismos, que cuando se quiere algo, sobre todo si se considera importante, nada puede ser un impedimento.