09 Marzo 2021

Derecho Viña del Mar dictó Conversatorio en conmemoración de Día Internacional de la Mujer: Cárcel y Mujeres

En la actividad se reflexionó en torno a la constitución androcéntrica de las instituciones sociales donde los hombres constituyen el sujeto de referencia y las mujeres quedan invisibilizadas o excluidas.​

Por Pilar Rojas

La invitada Patricia Pérez Goldberg, doctora en Derecho Constitucional de la Universidad de Valparaíso y miembro del Centro de Estudios de Justicia de las Américas, realizó un recorrido histórico sobre la privación de libertad femenina. A través de él, detalló cómo esta ha sido un medio de moralización en donde se veía a la mujer infractora como una persona que transgrede el modelo mariano de madre-esposa, en este sentido, se considera un pecado más que un delito, asegurando que esto ha sido una constante a lo largo de la historia. 

En el contexto chileno, se veía replicado el modelo español, en todas sus instituciones y esto significaba que “la iglesia católica toma un rol preponderante en la moralización de las llamadas “caídas”, es decir, estas mujeres que se apartan del rol tradicional (…) durante un periodo muy largo, la privación de libertad de la mujer era un asunto privado, de la beneficencia y de la caridad más que un asunto meramente público”.

Además, Patricia Pérez, se refirió a la situación actual de las mujeres en la cárcel y enfatizó en la necesidad de medidas especiales para ellas, la urgencia de escucharlas, mejorar las políticas públicas e implementar una perspectiva de género en el sistema penitenciario.

La invitada Marcela Aedo Rivera, doctora en Derecho Público y Filosofía Jurídico Política de la Universidad Autónoma de Barcelona y Académica e investigadora de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso.

Comienza su exposición señalando la relevancia de esta fecha “que nos compete a nosotras darle luz a aquellas mujeres que han sido invisibilizadas y silenciadas por la historia”, haciendo referencia a lo que expuso la Doctora Patricia Pérez.

Además, manifestó sus reflexiones sobre los aportes y los estudios de la profesora Carmen Antony García desde la criminología feminista en América Latina y destacó parte de su vida y su trayectoria profesional.

Se refirió las claves feministas para entender el sexismo en el sistema de justicia penal, en donde detalló que “desde sus orígenes, el poder punitivo ha sido un poder con implicaciones de género, es decir, se ha construido considerando a la mujer en un lugar de inferioridad”. En este marco, menciona que no solamente las llamadas “brujas” fueron objeto de represión, sino que también las mujeres prostitutas, ebrias, mendigas, sin oficio o solteras, independientes, las sexualmente activas o quienes conocían prácticas curativas, las “diferentes o desviadas”.

“Estas mujeres deberán ser tuteladas bajo parámetros de corrección moral. Larga tradición de resocialización más vinculada a la “moral y buenas costumbres”, a lo que se espera de una buena mujer”

La Doctora Aedo enfatizó por qué es importante la perspectiva de género. Para esto detalló como Antony sostuvo que “todas las instituciones sociales están construidas desde una concepción androcéntrica, por tanto, todo análisis debe considerar como el género construyó esa realidad”.

La cárcel es una institución más desarrollada desde el androcentrismo y, por lo tanto, ha entendido que el trabajo y donde se diseñan las políticas ha sido el varón, como “sujeto dominante y universal”

Vulnerabilidad de las mujeres en la cárcel

En Chile, las mujeres privadas de libertad tienen características claves en común, como la vulnerabilidad previa al ingreso a la cárcel, entendido por la discriminación social, que se encuentran en una situación de precariedad económica y esto se proyecta en distintos aspectos, uno de estos explica el primer delito que cometen en general en el mundo occidental, que es tráfico y microtráfico, delitos contra la propiedad, robos y hurtos.

En definitiva, la prisión, entendiendo lo que explicaron ambas invitadas, es una experiencia dolorosa y estigmatizante. Esto se exacerba por el rol tradicional que la sociedad les ha asignado como madres y cuidadoras de sus hijos/as. “Ser delincuente y haber estado en prisión es doblemente estigmatizante para las mujeres”, aseguró Marcela Aedo.

Puedes revisar el conversatorio aquí