ITiSB desarrolla nuevo tipo de tecnología que permitirá a pilotos anticiparse a riesgos y prevenir emergencias en pleno vuelo
De trata de un innovador sistema portátil que monitorea en tiempo real el estado físico y las condiciones ambientales de las tripulaciones aéreas desarrollado junto con la FACh.
Detectar a tiempo señales de fatiga, hipoxia o sobrecarga cognitiva en los pilotos podría marcar la diferencia entre un vuelo seguro y un accidente. Bajo esa premisa, un equipo interdisciplinario de la Universidad Andrés Bello (UNAB) y la Fuerza Aérea de Chile (FACh) trabajó en el desarrollo del Aircrew Health Monitor, un dispositivo portátil y no invasivo que permitirá monitorear en tiempo real el estado de salud y el entorno de las tripulaciones aéreas.

El proyecto —adjudicado a través del concurso FONDEF IT 2025 de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID)— busca prevenir los riesgos asociados al factor humano, responsable del 75% de los accidentes aéreos en el mundo. “Nuestra meta es anticiparnos a esos eventos mediante tecnología nacional, que detecte los signos tempranos de fatiga o falta de oxígeno antes de que se traduzcan en un problema operacional”, explica la Dra. Carla Taramasco, directora del ITiSB y una de las líderes de este proyecto.
Además del impacto en seguridad, el desarrollo tiene una relevante dimensión económica: se estima que los accidentes y fallas vinculadas al error humano generan pérdidas cercanas a USD 17.000 millones anuales en la industria aérea mundial. “Un sistema de monitoreo predictivo no solo protege vidas, sino que puede reducir drásticamente los costos derivados de incidentes, interrupciones o pérdida de productividad”, añade Taramasco.
¿Cómo funciona?
El Aircrew Health Monitor integra sensores biomédicos que registran saturación de oxígeno, frecuencia cardíaca, respiración, temperatura y actividad muscular, junto con sensores ambientales que miden presión barométrica, CO₂, altitud y geolocalización. Toda esta información se procesa mediante un microcontrolador con transmisión satelital, lo que garantiza conectividad incluso en vuelos de larga distancia o zonas remotas.

En tierra, un dashboard inteligente analiza los datos y emite alertas automáticas si se detectan anomalías. El sistema incorpora además inteligencia artificial y machine learning, lo que permitirá generar modelos predictivos capaces de anticipar condiciones fisiológicas adversas.
“El desarrollo combina salud, ingeniería y aeronáutica en una misma solución, única en Latinoamérica”, destaca el Dr. Diego Robles, profesor investigador del ITiSB y director alterno del proyecto.
Es un paso decisivo hacia un modelo de prevención predictiva y adaptativa en la aviación.
La validación inicial del dispositivo se llevará a cabo en colaboración con el Centro de Medicina Aeroespacial (CMAE) de la Fuerza Aérea de Chile. Al respecto, el coronel Claudio Montiglio, director del CMAE, señaló que el dispositivo “posee un amplio potencial de aplicación en diversos ámbitos, especialmente en aquellos donde las personas desempeñan labores en condiciones extremas, como la minería en altura, las brigadas forestales, los cuerpos de bomberos, el deporte de alto rendimiento y el transporte de larga distancia”.
Además de su impacto social y económico, el proyecto fortalecerá las capacidades tecnológicas nacionales en salud ocupacional y seguridad operacional, potenciando la creación de un spin-off universitario para transferir la tecnología al mercado en un plazo estimado de 24 meses.
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