03 Abril 2020

Investigadores de la UNAB trabajan en identificar variantes del coronavirus a lo largo de Chile

El Centro de Bioinformática y Biología Integrativa (CBIB) y el Centro de Biotecnología Vegetal (CBV) de la Universidad Andrés Bello son parte de un proyecto colaborativo que busca analizar la información genética del virus SARS-CoV-2 según tiempo y lugar. Con muestras de todo Chile y de distintos momentos de la pandemia, este estudio podría arrojar luces sobre las rutas del virus, su comportamiento y las variantes que pueden estar presentes en el país.

Son cada vez más los avances científicos que buscan información para enfrentar la pandemia de coronavirus. Una de las tareas más importantes es hacer un rastreo del movimiento del virus y descifrar su información genética en los distintos lugares en los que está presente, para poder hacer predicciones de su comportamiento y eventualmente dar con un tratamiento o vacuna, como también evaluar las medidas de contención y proponer nuevas.

EFE

Hace algunos días, científicos chinos decodificaron y pusieron a disposición de investigadores de todo el mundo el genoma completo del SARS-CoV-2 en una plataforma de libre acceso. Los países con la capacidad de hacer estos análisis han podido, a su vez, descifrar el genoma del virus presente en cada territorio. Dado que el virus está en continua evolución, no sólo es importante conocer qué virus circula en un país, sino también las variantes que se han generado (en Islandia, por ejemplo, pudieron encontrar cuarenta mutaciones de coronavirus entre las personas infectadas, e incluso un caso infectado con dos variantes a la vez).

Esta información permite seguir la ruta del virus, comparar los datos entre países y tener una perspectiva de su comportamiento y propagación desde el origen en China. En el caso de Chile, el ISP y la Universidad Católica han descifrado el genoma de siete muestras del virus y la información será compartida con la comunidad científica mundial, y si bien se ha podido establecer la presencia de dos variantes, aún no es posible saber si son más o menos agresivas o contagiosas.

A estos esfuerzos por secuenciar el virus en nuestro país, se ha sumado un proyecto colaborativo en el que participan el Centro de Bioinformática y Biología Integrativa (CBIB) y el Centro de Biotecnología Vegetal (CBV) de la Universidad Andrés Bello, junto a investigadores del Centro de Regulación del Genoma, la Universidad de Chile, Universidad Católica y Universidad Católica de Valparaíso. Este grupo utilizará las secuencias hechas hasta ahora y sumará entre 100 y 150 genomas adicionales, en base a una muestra representativa de todo el país. Si bien el virus en todo el mundo tiene el mismo origen, este análisis considerará las variables de tiempo y espacio con muestras de distintas semanas y regiones.

La ruta del Covid

“Al determinar las variantes del virus se puede identificar, por ejemplo, rutas de introducción a Chile, cómo migra dentro de Chile, cómo puede migrar de Chile hacia otros países, entre otras cosas, y también podemos generar nuevas hipótesis con respecto a si hay variantes más o menos virulentas circulando”, explica Eduardo Castro, investigador del CBIB. Así, con este análisis se podría trazar rutas migratorias entre una comuna y otra, transmisión entre regiones, ver qué tipo de clusters o grupos de transmisión existen, etc.

De igual forma, el proyecto apunta a representar el transcurso temporal de la pandemia. “La pandemia está recién comenzando en Chile; deberíamos tener muestras de marzo-abril, y se prevé según los modelos epidemiológicos que esto va a continuar hasta junio-julio, incluso algunos modelos predicen agosto. Entonces eventualmente deberíamos cubrir todo eso”, detalla Castro. La importancia de cubrir la dimensión temporal de la pandemia es que el virus que llegó con el paciente 0 es diferente al virus que se pueda aislar en los meses siguientes.

Esta diferencia se debe a que puede haber nuevas reintroducciones del virus al país, como también a que los virus evolucionan muy rápido –los coronavirus aún más- y van mutando en la medida que se van reproduciendo.

Según explica el Dr. Eduardo Castro, “eventualmente van a surgir mutaciones que pueden o no tener un efecto sobre la reproducción o sobre la patogenicidad del virus”, es decir, en términos de su capacidad de infección, agresividad, el tipo de tejido que infecten, entre otros. “Eso es importante monitorearlo, si es que van a surgir nuevas variantes locales o se van a introducir nuevas variantes que ya hayan ocurrido en otros lugares del mundo”, precisa.

Dado que este proyecto busca abarcar todo el país, para lo coordinación territorial se trabajará con organismos como el ISP y universidades regionales ubicadas en lugares clave de acuerdo a la pandemia.