Investigadoras del CSB-UNAB y alumnos de Ecoturismo crearán un borde de flora nativa para conocer y valorar a las abejas chilenas
En septiembre comenzaron los trabajos en el Campus Casona para crear un espacio donde se plantarán arbustos y herbáceas atractivos para diversas especies de abejas nativas. Estudiantes de Ecoturismo diseñarán estrategias y mensajes para motivar al cuidado y protección de este poco conocido patrimonio natural.
Un terreno de 40 metros cuadrados de césped ubicado frente al edificio C1 del Campus Casona de Las Condes, comenzará pronto a transformarse en un colorido espacio de flores nativas, destinado a difundir la importancia de la polinización por parte de las abejas chilenas.
El proyecto es una colaboración entre distintos estamentos de la Universidad Andrés Bello, impulsada por el área Ecosistemas Agrícolas del Centro de Biotecnología de Sistemas UNAB, cuyo laboratorio se encuentra en el edificio C1. En el proyecto participan también la Dirección de Sostenibilidad y las carreras de Administración en Ecoturismo y de Ingeniería Ambiental.
“Lo que haremos en este espacio es replicar una herramienta de diversificación y restauración del paisaje que consiste en implementar bordes de flora nativa que resulta atractiva a las abejas, en particular a las especies chilenas”, explica Sharon Rodríguez, líder de investigación de Ecosistemas Agrícolas.
La idea de implementar un borde demostrativo en el Campus Casona apunta a fomentar entre la comunidad universitaria y las visitas del campus, el conocimiento de la flora y abejas nativas que existen en Chile y que suman alrededor de 500 especies.
A diferencia de la conocida abeja melífera, las abejas nativas son solitarias, no producen miel, establecen sus nidos en pequeños agujeros en el suelo y tienen como función ecosistémica la polinización de la flora nativa.
“Entre las especies de plantas nativas seleccionadas para incorporar en el borde se encuentran arbustos y herbáceas como corontillo (Escallonia pulverulenta), huilmo (Sisyrinchium estriatum), malva del cerro (Spharealcea obtusiloba) y romerillo amarillo (Solidago chilensis), las que se caracterizan por ser altamente atractivas para las abejas nativas. “El objetivo es generar un hábitat que promueva la visita de insectos benéficos a las flores del borde y que pueda ser observado, conocido y cuidado por los alumnos”, destaca Isabel Acuña, investigadora de Ecosistema Agrícolas.
Romina Reyes, directora de Sostenibilidad UNAB, valora que esta iniciativa “permitirá potenciar la vida de las abejas nativas y la polinización, además de sensibilizar a los estudiantes y visitas del campus sobre la importancia de las abejas y flora nativa. También se promoverá una interacción con alumnos de otros campus como, por ejemplo, los de la carrera de Administración en Ecoturismo”, señala.
Cuidado y protección del patrimonio natural
La construcción del borde en Casona se iniciará en septiembre con la colaboración de personal de mantención y de áreas verdes del campus. El trabajo involucrará a 16 alumnos y alumnas de cuarto año de Administración en Ecoturismo que cursan el ramo de Interpretación del Patrimonio.
María Teresa González, profesora del ramo, explica que los estudiantes “van a levantar información sobre las plantas y abejas nativas y sobre los aspectos científicos, para luego hacer una propuesta de guión interpretativo que, a través de un lenguaje simple y entendible, permita a los estudiantes del campus conocer más sobre las abejas y plantas nativas, reconocerlas y respetarlas, generando así un sentimiento de cuidado y protección hacia este patrimonio natural”.
De acuerdo con la información que levanten, los alumnos definirán si el borde floral podrá visitarse en forma guiada y/o autoguiada, además de crear mensajes informativos que podrán visualizarse en paneles interpretativos, códigos QR u otras alternativas.
En los próximos días comenzarán los trabajos de preparación del terreno, que se cubrirá con compost y luego se enriquecerá con abono orgánico bokashi, y con microorganismos del bosque. Estos insumos serán provistos por el académico de Ingeniería Ambiental, Leonardo Vera. Las investigadoras y los estudiantes de Ecoturismo harán la plantación a fines de septiembre.
El guión interpretativo estará disponible en diciembre, mientras que se espera que las plantas alcancen su primera floración y empiecen a atraer abejas nativas durante la primavera de 2023.
La experiencia en Campus Casona podría ser la primera de varias. “Este proyecto demostrativo es una instancia innovadora, que seguramente podremos replicar en otros campus de la universidad”, adelanta Romina Reyes.
A largo plazo se planea crear un vivero de flora nativa en la UNAB e incentivar la creación de espacios para atraer polinizadores más allá de la universidad, multiplicando su presencia en jardines de edificios corporativos y plazas de la comuna, entre otros lugares.
Una primavera con visitantes nativas
En el mundo existen cerca de 20 mil especies de abejas nativas. En Chile se han identificado cerca de 500 de ellas, 70% de las cuales son endémicas. Poseen variados tamaños y colores: algunas son pequeñas y de color verde metálico, otras tienen cara amarilla, el cuerpo con franjas blancas y negras, y abundante pilosidad.
Las investigadoras del Centro de Biotecnología de Sistemas UNAB han identificado asociaciones entre familias de abejas nativas y una veintena de especies de flora de la zona central. En primavera, quienes circulan por el Campus Casona podrán tener el privilegio de ver algunas de estas abejas buscando refugio en una flor o recolectando su néctar y polen.