Investigador FEN participó en “Webinar: Cuatro miradas económicas a la pandemia desde la primera línea”
La instancia académica fue organizada por la Cátedra Economía de la Energía y del Medio Ambiente de la Universidad de Sevilla, y fue seguida por investigadores y doctorandos ubicados telemáticamente en cuatro de los cinco continentes.
Webinario “Cuatro miradas económicas a la pandemia desde la primera línea” fue el panel de expertos en el que participó el doctor Luis Araya Castillo, investigador de la Faculta de Economía y Negocios de la Universidad Nacional Andrés Bello. La instancia fue organizada por la Cátedra Economía de la Energía y del Medio Ambiente de la Universidad de Sevilla, y fue seguida por investigadores y doctorandos ubicados telemáticamente en cuatro de los cinco continentes.
“Impacto en el tráfico internacional de mercancías. Una mirada desde el sur de África”, fue el título de la exposición realizada por el investigador, quien explicó que los distintos gobiernos de América Latina y el Caribe han adoptado medidas para controlar las crisis sanitaria y económica, similares a las de países de otras regiones, pero que sin embargo los países de nuestra región no tienen las mismas condiciones estructurales de base. “No todos los países son economías emergentes y menos aún desarrolladas, y por lo mismo los resultados que se podrían esperar son diferentes”, indicó.
Araya explicó que durante el año 2019 se desencadenaron varias crisis en la región, algunas de corto plazo, otras de más larga duración, y algunas que permanecen activas y se han minimizado, potenciado o que entraron en receso debido a la pandemia sanitaria del Covid-19. En ese contexto se presentaron crisis sociales (en países como Chile, Colombia, Ecuador) y crisis políticas (en países como Perú, Bolivia y Argentina), en tanto que otras crisis previas de tipo humanitarias o de violencia se mantuvieron o intensificaron en países como Venezuela, México, El Salvador y Haití. En tanto en Centroamérica, países como Nicaragua, Guatemala y Honduras, por distintos motivos, presentan un escenario problemático en términos de estabilidad y gobernabilidad democrática. Los distintos movimientos generaron protestas contra los sistemas políticos, modelos económicos, desigualdades sociales, debilidad estatal, violencia y corrupción, entre otros.
El académico señaló que en ese maco partió la crisis sanitaria por el Coronavirus. A falta de una cura o una vacuna, los países de la región han recurrido a las cuarentenas y al distanciamiento físico para reducir la tasa de infección y evitar que los sistemas nacionales de salud se vean colapsados. Sin embargo, indicó que “hay problemas crónicos y profundamente arraigados de enfermedad, pobreza y educación en la región que complican tanto la respuesta inmediata a la crisis como el eventual levantamiento de las restricciones”.
Araya recordó que la mayoría de los países de la región se caracterizan por tener sistemas de salud débiles y fragmentados, que no garantizan el acceso universal necesario para hacer frente a la crisis sanitaria. “Los sistemas de salud permanecen segregados y claramente desiguales al ofrecer servicios de distinta calidad a diferentes grupos poblacionales, y éstos tienden a ser geográficamente centralizados, con servicios y médicos especializados concentrados en pocos centros urbanos”, detalló.
El investigador agregó que es así como América Latina y el Caribe, se han convertido según la OMS en “nuevo epicentro” de la pandemia de coronavirus, donde Sudamérica representa el 87% del total de casos de América Latina. Brasil es, de largo, el país de la región más castigado tanto por número de muertos como de casos, seguido por México y Perú.
“Por lo tanto, el futuro inmediato parece ineludible, ya que luego del control del Covid-19, Latinoamérica será golpeada por una fuerte recesión y un período de alta conflictividad social. Esto implica que los países de la región enfrentan una pandemia no sólo sanitaria, sino que también de tipo social. Lo anterior se explica porque América Latina y el Caribe enfrentan la pandemia desde una posición más débil que la del resto del mundo. Antes de la llegada del Coronavirus, la Cepal preveía que la región crecería un máximo del 1,3% en 2020. Sin embargo, los efectos de la crisis han llevado a cambiar esa previsión y pronosticar una caída del PIB de al menos un 1,8%. Incluso si la pandemia se prolonga se puede llevar a previsiones de contracciones de entre un 3% y un 4%, o incluso más. Además, en 2020 la pobreza en América Latina aumentaría al menos 4,4 puntos porcentuales con respecto al año previo”, explicó.
En este tejido social y económico la Cepal propone avanzar hacia un ingreso básico para ayudar a la población más vulnerable a superar los efectos del coronavirus ya que, en un escenario de bajo crecimiento, se prevé un importante aumento de la pobreza, la pobreza extrema y la desigualdad en América Latina y el Caribe. Este organismo plantea que los gobiernos garanticen transferencias monetarias temporales inmediatas para satisfacer necesidades básicas y sostener el consumo de los hogares, lo que será crucial para lograr una reactivación sólida y relativamente rápida. Además, en el largo plazo, el alcance de esas transferencias debe ser permanente, ir más allá de las personas en situación de pobreza y llegar a amplios estratos de la población muy vulnerables a caer en ella, lo que permitiría avanzar hacia un ingreso básico universal, para asegurar el derecho básico a la sobrevivencia.
“Con estas medidas se busca generar respuestas de emergencia desde la protección social para evitar un grave deterioro en las condiciones de vida. De esta manera se evita que las personas, en especial quienes dependen del trabajo informal, se vean en la necesidad de salir de sus hogares en busca de fuentes de ingresos, y con esto que se alargue o acentúe la crisis sanitaria”, concluyó Araya.