Investigador del CIS UNAB lidera proyecto para estudiar la presencia de mercurio en ballenas de la Antártica
El trabajo que encabeza el Dr. Gustavo Chiang, investigador del Centro de Investigación para la Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello, junto a un equipo de investigadores nacionales e internacionales, promete generar importantes avances en la comprensión de los impactos de la contaminación en las poblaciones de mamíferos marinos.
Gustavo Chiang, investigador del Centro de Investigación para la Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello (CSI UNAB), lidera un equipo transdisciplinario que recientemente se adjudicó fondos en el XXVIII Concurso Nacional de Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica Antártica. El proyecto fue uno de los nueve ganadores de esta iniciativa, perteneciente al Instituto Antártico Chileno (INACH).
Encabezada por el académico UNAB, esta investigación busca avanzar en la comprensión de los impactos de la contaminación en las poblaciones de mamíferos marinos. El objetivo principal es estudiar la presencia de mercurio en las ballenas barbadas del extremo sur de Chile, para lo cual están realizando estudios preliminares a la primera campaña que se llevará a cabo en el verano 2024-2025. Gustavo Chiang, biólogo marino, explica:
La Antártica es un termómetro de la salud planetaria, por lo que evaluar la presencia y efectos de contaminantes como el mercurio en estos ambientes, nos da señales tempranas de la salud del océano global. Al mismo tiempo, los grandes mamíferos marinos son especies clave en el océano austral, al promover la producción primaria mediante el ciclo de nutrientes, siendo indicadores de salud del ecosistema.
Las ballenas barbadas son los animales de mayor tamaño que han habitado la Tierra y muchas poblaciones fueron cazadas hasta casi provocar su extinción en el siglo XX. “Su recuperación es ahora un objetivo clave de la conservación internacional ya que desempeñan un papel importante en la función de los ecosistemas marinos, especialmente en el océano austral”.
Una de las amenazas que esta especie enfrenta tiene que ver con el aumento en las concentraciones de algunos contaminantes, como el mercurio, producto de las actividades humanas, lo que, aumenta su biodisponibilidad para la fauna marina. “Estos contaminantes pueden bioacumularse fácilmente en los consumidores a través de diversas vías, dando lugar a una concentración en los organismos superior a la que existe en el entorno”, agrega el experto.
Mercurio: impacto y riesgos en la Antártica
La contaminación por mercurio (Hg) es un problema mundial debido a su capacidad de transporte a larga distancia y a su potencial toxicidad, con niveles más elevados en las zonas de mayor altitud, como el Ártico, la Patagonia chilena y la Antártica.
“El metilmercurio es la forma tóxica del mercurio, especialmente para las aves y los mamíferos marinos, y puede transferirse en concentraciones crecientes de presa a consumidor a través de las redes tróficas acuáticas, –fenómeno conocido como biomagnificación—, dando lugar a concentraciones de mercurio en las especies ápice que pueden ser de hasta seis órdenes de magnitud superiores a las observadas en el medio ambiente”, indica Chiang.
Esta es una investigación pionera en la Antártica porque existe poco conocimiento sobre la influencia de ciertas variables del ecosistema en la biomagnificación del mercurio. Tampoco se sabe mucho de los efectos que este contaminante tiene sobre el desarrollo, crecimiento y reproducción de los depredadores tope de gran tamaño y larga vida, como son las ballenas barbadas.
“Para llenar este vacío, nuestro plan de investigación incluye campañas donde se analizarán niveles de mercurio total y metilmercurio a lo largo de las tramas tróficas y muestras de agua. También incluiremos biomarcadores de estrés a niveles genéticos y moleculares, en biopsias de grasa y piel, junto con medidas de morfometría y condición corporal que nos ayudarán a evaluar el estado de salud de las ballenas”
Ciencia colaborativa
Este proyecto será desarrollado por un equipo transdisciplinario conformado por investigadores nacionales e internacionales, dedicados a disciplinas como la ecología marina, la mastozoología marina, la bioquímica, la ecotoxicología y la biología molecular.
Junto al Dr. Gustavo Chiang trabajan Andrea Hirmas, de la UNAB; la Dra Paulina Bahamonde, de la Universidad Mayor, el Dr. Miguel Avila, de la Universidad de las Américas, la Dra. Ana María García-Cegarra, de la Universidad de Antofagasta, el Dr. Kelly Munkittrick, de University of Calgary, y el Dr. Matt Leslie de Ursinus College.
A juicio del profesor Chiang, esta iniciativa subraya la importancia de la colaboración transdisciplinaria. “Al integrar varias disciplinas científicas, esta investigación puede informar investigaciones futuras, identificar áreas clave de preocupación y guiar el desarrollo de estrategias de conservación específicas. De esta manera podemos avanzar en nuestra comprensión de las complejas interacciones entre los contaminantes ambientales, los ecosistemas marinos y la salud de la vida silvestre”.