18 Noviembre 2025

Investigación del ICER UNAB apunta a reafirmar la práctica del ejercicio físico en mujeres que sufrieron cáncer de mama

Un estudio liderado por el kinesiólogo, Dr. Gabriel Rojas, apunta a la evaluación de exerquinas, un grupo de moléculas liberadas durante la realización de ejercicio físico y que se encuentra asociada al tratamiento de esta enfermedad.

El tratamiento y cura del cáncer es uno de los principales retos de la ciencia, no solo en Chile, sino que en todo el mundo.

Según el Reporte de Cáncer Mundial de la Organización Mundial de lacáncer mamas ejercicio físico sangre Salud (OMS) de 2020, un 16,3% de la población global muere a causa de esta enfermedad. Solo es superada por las afecciones cardiovasculares, con un 32%.

Las investigaciones del Instituto de Ciencias del Ejercicio y Rehabilitación (ICER) de la U. Andrés Bello, sede Concepción, han determinado la relación del ejercicio físico para la recuperación de mujeres que han padecido el cáncer mamario.

Recientemente, nuevos estudios liderados por el Dr. Gabriel Rojas, kinesiólogo e investigador del ICER UNAB, aborda a la evaluación de exerquinas, un grupo de moléculas liberadas durante la realización de ejercicio físico y que actúan como mediadores biológicos capaces de modular procesos celulares asociados al desarrollo y tratamiento del cáncer.

¿Qué son las exerquinas?

En una reciente conferencia organizada por el ICER UNAB, el Dr. Rojas explicó los avances relacionados a estos estudios que comenzaron con el programa ONCO-VASCU-HEALTH, dirigido por el Dr. Cristian Álvarez, en 2024, y que ahora avanzaron a una segunda etapa.

“Dicho estudio estaba principalmente enfocado en la respuesta vascular al programa de ejercicio», afirmó Rojas.

Añadió que «se ha determinado que cambia la estructura y función de los vasos sanguíneos asociados a este programa de ejercicio y que es dependiente también de la dosis de quimioterapia que han recibido las personas”.

Y esta segunda etapa, explicó el investigador UNAB, “basándonos en el mismo modelo de ejercicio, pero ahora de respuesta aguda asociado a cambio hematológico«.

Por lo tanto, son muestras de sangre, pero que también de ahí podemos obtener otro tipo de muestras como la medición de mioquinas, que son moléculas derivadas de la actividad muscular.

Un aliado contra el cáncer

Los estudios encabezados por el Dr. Rojas apuntan a que el ejercicio físico es clave para ayudar a que no reaparezca el cáncer mamario y, no solo eso, ya que en incremento en la producción de las exerquinas en el cuerpo podría modular la aparición de tumores y que pueden ocasionar el cáncer.

“Se ha visto es que el ejercicio en general puede tener una ruta completa desde la prevención hasta el tratamiento cuando ya han pasado por el proceso y están en la etapa de recuperación”, dijo.

El experto ahondó en los beneficios que implica la presencia de estas moléculas en el tratamiento de esta enfermedad.

“Entonces pueden tener un rol en los diferentes factores o procesos que ocurren en cada una de estas etapas», dijo.

Desde la prevención, en la formación de tumores, hasta ya después del tratamiento, las secuelas de los fármacos u otros elementos que pueden estar generando efectos deletéreos en esta persona y que van impactan en la funcionalidad de ella”, explicó.

Actividad física

Los estudios que lleva a cabo el ICER UNAB en Concepción buscan aportar a una serie en investigaciones que tienen como objetivo evitar que el cáncer de mama reaparezca en mujeres una vez concluido el periodo de terapia, así como también impactar en el perfil funcional de estas.

El Dr, Rojas asume que, si bien su proyecto está en etapas iniciales y en otros países existe mucha experiencia al respecto, su trabajo no busca otra cosa que demostrar que el ejercicio físico es un tremendo aliado en esta compleja enfermedad.

El ejercicio está absolutamente recomendado.

«Y son recomendaciones internacionales que vienen de diferentes organizaciones, como el Colegio Americano de Medicina del Deporte o asociaciones de cáncer, que promueven altamente la incorporación de ejercicio en esa etapa, pero también antes, como prevención y también como coayudante durante el proceso de quimioterapia”, finalizó.