Tamara Saavedra, estudiante de Periodismo UNAB: “El intercambio estudiantil te abre más la mente, así que lo recomiendo completamente”
La estudiante de cuarto año estuvo el segundo semestre de 2021 de intercambio en la Universidad Autónoma de Barcelona. Acá cuenta cómo fue vivir y asistir a clases en el extranjero y por qué cree que es una experiencia “impagable”.
Tamara Saavedra regresó a Chile hace pocas semanas, luego de realizar en España un semestre de intercambio estudiantil donde, además de la experiencia académica, tuvo la oportunidad de viajar a otros países, conocer distintas culturas y generar lazos personales.
Tamara cursa cuarto año de Periodismo en Campus Creativo UNAB y actualmente está realizando su práctica profesional. A ella le apasiona el periodismo internacional y se proyecta en el futuro trabajando en el extranjero, por lo que esta experiencia le fue de gran utilidad.
“Definitivamente recomiendo la experiencia de intercambio. Siento que te abre la mente, te deja en una posición más neutral, te hace más empático y humilde, porque cuando no eres local tienes que aprender a ver cómo funciona el país, aprender a ser uno más; si acá tienes algún privilegio, allá eso no existe. Tiene muchos beneficios interactuar con otras culturas, con gente que es totalmente diferente a ti”, comenta la futura periodista.
Tamara estuvo en la Universidad Autónoma de Barcelona, capital de la comunidad autónoma española de Cataluña, donde existe un importante movimiento independentista, algo que la estudiante de UNAB pudo comprobar en carne propia.
¿Qué fue lo que más te gustó de tu experiencia de intercambio?
Lo que más me gustó fue la posibilidad de interactuar con otras culturas, conocer a personas que son completamente distintas a mí. También me agradó mucho tener la posibilidad de viajar a otros países, porque en Europa está todo relativamente cerca, en comparación con Chile. Y destaco la oportunidad de haber tenido clases en el extranjero, en una cultura que es completamente distinta a la chilena donde, si bien la calidad educacional es similar, es otra forma de enseñar, es muy distinto y eso me gustó mucho.
¿Cómo fue vivir en España, el cambio de país, las costumbres, la cultura?
Vivir en España fue heavy, no me esperaba que fuesen tan distintos en Barcelona. Lo que más me chocó fue el idioma catalán, era algo que no había contemplado en mis planes, tampoco hice las averiguaciones necesarias. Pensé que lo hablaban poco, que era un idioma oficial que trataban de conservar y algunas cosas estaban escritas en catalán, pero al llegar allá me di cuenta de que todo está escrito en catalán, la gente habla catalán en la vida cotidiana. El idioma español se usa como lengua secundaria y en la universidad (Autónoma de Barcelona) yo diría que es 80% catalán y 20% español, mis compañeros eran todos catalanes, y los catalanes son personas muy cerradas.
Yo llegué con toda la intención de aprender de ellos, aprender incluso catalán, pero no fue posible porque no se daba un espacio amable. Obviamente no los puedo encasillar a todos. Sí conocí algunas personas muy agradables, respetuosas y educadas, pero en general fue complicado.
La arquitectura en España la encontré increíble, mucho arte, mucha cultura para ofrecer. Se podía hacer muchos panoramas dentro de la ciudad. Barcelona y Madrid estaban llenas de cosas para hacer. También me llamó la atención la comida; fue un poco chocante en mi caso porque había varias comidas que yo no consumo, como el cerdo, y en España es súper habitual, se come harto.
Además, tengo que destacar de Barcelona y Madrid que tienen una excelente conectividad; se puede llegar a casi todos lados en metro, funciona súper bien. Y el supermercado es más barato. Allá los salarios son mucho más altos y las cosas básicas son mucho más baratas. No solo en España, también en otros países que visité, como París e incluso Londres.
¿Cómo fue la relación con los compañeros y profesores?, ¿qué diferencias y similitudes encontraste?
Tenía tres cursos, uno era 50% español y 50% catalán; otro que era 100% catalán y otro en español. En el que era 50 y 50 generé una buena red con el grupo de compañeros con el que trabajé; eran un francés, un portugués y un catalán. El curso era de periodismo internacional y ahí establecí muy buena relación con una de mis profesoras. Pude aprender de la metodología de trabajo, cómo planifican en Francia, cómo es el periodismo en Portugal y eso es impagable.
En el curso en catalán la interacción era mínima. Solo hablaban en catalán y sabían que yo no, y a pesar de eso no preguntaron si me podían ayudar. Yo nunca he tenido problemas para interactuar y eso me tenía un poco incómoda (..). Al final de las clases conversaba con el profesor para que me aclarara dudas y al final conocí a algunos compañeros de esa clase, pero solo hablamos temas académicos, nada personal.
El tercer curso era un electivo y tomé Cine. Ahí todos eran muy simpáticos, más abiertos, la mayoría eran catalanes, pero también de Italia y Alemania, y el profe era un amor, siempre dispuesto, muy amigable.
En cuanto a los niveles de exigencia, son más relajados en la asistencia, pero se fijan más en la redacción, en saber citar, puntuación, son más formales para los trabajos.
¿Por qué decidiste hacer el intercambio?
Yo decidí hacer el intercambio hace muchos años, con el objetivo de mejorar mi currículum y porque siempre me ha gustado aprender de otras culturas; tenía curiosidad en conocer Europa. Mi idea era ir a una universidad donde hablaran inglés, lo que no fue posible. Me gusta mucho el periodismo internacional, hablar inglés, me encanta practicarlo, de hecho, me proyecto a futuro trabajando en el extranjero, para eso necesito un muy buen nivel y quería llevarlo a un nivel más profesional. Pero tenía tantas ganas de hacer el intercambio que me fui a España, el país que la universidad me ofreció con convalidación.
¿Recomiendas la experiencia de intercambio?
Sí, lo recomiendo completamente porque te abre más la mente. Tiene muchos beneficios interactuar con otras culturas, con gente que es totalmente diferente a ti.