Innovadora nanoespuma desarrollada por investigadores UNAB reduce drásticamente la contaminación por polvo en minería
Investigadores del Centro de Bioinformática y Biología Integrativa de la Universidad Andrés Bello desarrollaron una formulación que disminuye en un 87% la cantidad de polvo generada por tronaduras, proyectando una mejora en la seguridad y salud de las poblaciones aledañas. Asimismo, podría aumentar la productividad minera, al permitir un mayor número de tronaduras.
Uno de los problemas de la minería a base de tronaduras es la enorme cantidad de polvo que genera y que tiene un alto contenido de metales tóxicos, entre ellos arsénico. Gracias a la acción del viento, este polvo se desplaza hacia poblaciones cercanas, pudiendo provocar problemas de salud en las personas que allí residen, además de ser un riesgo para los trabajadores de la faena minera.
En busca de soluciones, la industria minera se acercó al Centro de Bioinformática y Biología Integrativa de la Universidad Andrés Bello (CBIB UNAB). Allí, Danilo González, director del CBIB y la investigadora Yorley Duarte, del mismo centro, respondieron al desafío.
Tras dos años de investigación en el laboratorio de síntesis química y en terreno elaboraron una revolucionaria formulación, con la cual han logrado disminuir en un 87% la cantidad de polvo en el ambiente tras una tronadura. El sistema funciona en dos etapas:
“En la primera, se hace un pretratamiento al suelo con una solución que desarrollamos en base a moléculas inocuas. Y en la segunda, una vez ya instalados los pozos de tronadura, aplicamos nuestra nanoespuma”, explica el Dr. González.
“Tanto el pretratamiento como la nanoespuma contienen un componente que permite a estas soluciones acuosas penetrar al suelo con mayor profundidad, en comparación con una solución acuosa convencional. Este componente es clave porque el suelo del desierto es extremadamente seco y cuando se utiliza agua para hidratarlo y controlar el polvo, esta no logra humedecer adecuadamente. El agua queda en la superficie y se evapora rápidamente”, señala el director del CBIB UNAB.
La investigadora Yorley Duarte complementa: “Gracias a los nanosistemas que contiene la formulación, se genera una penetrabilidad mayor en la tierra, y por lo tanto, un mayor porcentaje de humectación. Al tener el sistema inicial antes de la tronadura, el terreno ya está más compactado. Cuando se realiza la tronadura, esa compactación evita que se libere tanto polvo fino en el aire y la espuma logra captar estas micrométricas partículas de polvo”.
Nanoespuma, una revolución en minería
Esta tecnología ya es utilizada con éxito en el sector agrícola, entre otros, pero el Dr. González junto a un equipo del CBIB UNAB logró adaptarla para uso en minería.
“Tuvimos que hacer un estudio extenso de ciencia básica, que comenzó con la evaluación del polvo, su composición, y así ver qué sistemas químicos podíamos utilizar para incrementar la afinidad de la nueva formulación hacia el polvo”, explica la investigadora Yorley Duarte.
El equipo además llevó a cabo exhaustivos ensayos preliminares y escalados, tras lo cual lograron demostrar el éxito del sistema de nanoespuma y su potencial impacto en el sector minero.
“Actualmente, solo el 40% de las tronaduras programadas logra concretarse, ya que se requiere de condiciones apropiadas. Esta solución podría aumentar la productividad minera, al permitir un mayor número de tronaduras y a la vez generando menos polvo y menos contaminación para la población”, indica Danilo González.
Esta tecnología ya ha sido patentada y los análisis de mercado indican un alto potencial, con un mercado valorado en 3 billones de dólares anuales. Además de su aplicación en Chile, este desarrollo ha despertado interés en Perú y México. Actualmente, la Universidad Andrés Bello está en proceso de asociarse con una empresa para la producción y comercialización del producto.
“Lo interesante es que estamos introduciendo una nueva tecnología desarrollada en UNAB, con conceptos novedosos y con una posibilidad inmensa de expansión en el rubro minero, y en otros sectores que enfrentan el problema del polvo en suspensión, como la construcción”, concluye el Dr. González.
Este avance representa un paso significativo hacia una minería más sostenible y resalta la importancia de la investigación científica con impacto concreto en un sector clave para la economía del país.
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