Barómetro UNAB: Economía chilena pierde impulso en su recuperación
El último reporte del Instituto de Políticas Púbicas de la Universidad Andrés Bello consignó un descenso intermensual de -1,1 puntos en el Índice Económico IPP UNAB, el cual provee un panorama general de la actividad nacional. Los retrocesos provinieron en los subcomponentes de expectativas (-4,2) y en la situación macroeconómica (-0,3), mientras que el consumo (+2,7) mostró un avance frente a un contexto de mayor estabilidad percibida.
El último informe del Barómetro de la Economía Chilena, instrumento que monitorea mensualmente el comportamiento de diversas variables de interés, arrojó luces de alerta en el proceso de recuperación económica que venía experimentando el país en los últimos meses.
El análisis elaborado por el Instituto UNAB de Políticas Públicas reportó que, en octubre, se generaron siete movimientos dentro los indicadores que estudia el instrumento: cuatro fueron en sentido positivo –deudores morosos, creación de empleos, exportaciones y saldos en cuenta corriente y depósito a plazo- y tres en dirección negativa -inflación, dólar e IPSA-. Estos cambios, de acuerdo con el reporte, impactaron negativamente en el desempeño de la actividad económica en el décimo mes del año, contrarrestando con la trayectoria positiva observada en los meses previos.
Así, de los 24 indicadores que componen el Barómetro de la UNAB, el 16,7% se ubicó en el cuadrante más favorable “bien y mejorando”, correspondientes a los deudores morosos, el precio del cobre, la creación de empleo y las exportaciones. En tanto, en la zona “bien, pero empeorando” se localizó el 8,3%, reuniendo a la inflación y el IPSA. Otro 8,3% se posicionó en el área “mal, pero mejorando”, incluyendo las tasas hipotecarias y el saldo en cuentas corrientes y depósitos a plazo. Por otro lado, el mismo porcentaje de variables (8,3%) se localizaron en el peor cuadrante “mal y empeorando”, correspondientes al IMACEC y el dólar.
En cuanto a los componentes que no registraron movimientos, el cuadrante “bien y sin cambios” concentró el 33% del total, encontrándose las remuneraciones reales, la deuda neta del gobierno, la incertidumbre económica, la confianza de los consumidores, la participación laboral, el riesgo país, la participación laboral femenina y la tasa de informalidad. En contraparte, el área “mal y sin cambios” agrupó el 25% de las variables, dentro de las que se encuentran el desempleo, la confianza empresarial, la inversión extranjera directa, la tasa de ocupación, la tasa promedio de crédito de consumo y el índice de avisos laborales por internet.
Índice Económico IPP UNAB y subíndices
En el décimo mes del año, el informe de la Universidad Andrés Bello -cuyo cierre se realizó con las cifras vigentes al 14 de octubre- reveló que el Índice Económico IPP UNAB registró una caída en su variación intermensual de -1,1 puntos, descenso experimentado tras el alza de 1,3 puntos de septiembre. De esta manera, el Índice IPP UNAB consignó un valor de 20,6 puntos en octubre, menor a los 21,8 alcanzados en el mes previo, lo que provocó su desplazamiento desde el cuadrante “bien y mejorando” a “bien, pero empeorando”.
Subíndice de expectativas

Este subíndice registró una caída intermensual de -4,2 puntos, pasando de 42,2 a 38,0 puntos, lo que interrumpió la tendencia al alza observada en los meses anteriores, descenso que lo trasladó desde la zona “bien y mejorando” a “bien, pero empeorando”. Dentro de él ocurrió un cambio de cuadrante en sentido negativo.
Este movimiento se registró en el IPSA, que pasó desde el cuadrante “bien y mejorando” a “bien, pero empeorando”, dado que, al 14 de octubre, registró un aumento intermensual de 33,8% respecto al 12 de septiembre del mismo año, que, si bien sigue siendo elevado, la tendencia previa mostraba rendimientos excepcionalmente altos.
En este subcomponente, cabe destacar que, si bien no registró un cambio de cuadrante, el spread soberano volvió a disminuir su valor, consolidándose en el cuadrante de “bien y mejorando”, situación que podría explicarse por el mejor posicionamiento relativo de Chile frente al resto de la región, reflejando una percepción de menor riesgo país en los mercados financieros internacionales.
Subíndice de situación de los consumidores
Este subíndice aumentó 2,7 puntos intermensuales, pasando desde los 5,4 a 9,1 puntos, alza que empujó un movimiento ascendente desde la zona “bien, pero empeorando” a “bien y mejorando”. En él hubo cuatro cambios de cuadrante: tres positivos y uno negativo.
Dentro de los movimientos favorables destaca la reducción de deudores morosos sobre la población adulta, que bajó desde 3,84% a 3,77%, impulsando su paso de “bien y sin cambios” a “bien y mejorando”. La creación de empleo, por su parte, mostró un crecimiento interanual de 0,3%, tras cinco meses consecutivos de variaciones negativas y pasó al cuadrante “bien y mejorando”. Lo anterior, advierte el informe, constituye una señal alentadora, pero cuyo repunte es fundamental que se sostenga en el tiempo para confirmar una mejora estructural.
El tercer cambio positivo corresponde al saldo en cuentas corrientes y depósitos a plazo, que pasó de “mal y empeorando” a “mal, pero mejorando”. Este indicador —que combina los saldos en pesos de ambos instrumentos y los relaciona con la población mayor de 18 años— alcanzó un ratio de 1.921,28, superando los 1.897,97 reportados en la edición anterior. Lo anterior se puede interpretar como una mayor capacidad de ahorro o una preferencia más marcada por la liquidez en un contexto de incertidumbre moderada, donde los hogares podrían estar postergando consumo o inversión en favor de mantener recursos líquidos.
La fluctuación negativa en este subíndice provino desde la inflación, cuya variación a doce meses se ubicó en 4,4%, superando el 4,0% del mes anterior y provocando un desplazamiento desde el cuadrante “bien y mejorando” a “bien, pero empeorando”. Según el INE, nueve de las trece divisiones del IPC aportaron incidencias positivas, impulsadas principalmente por alimentos y bebidas no alcohólicas y por la división de recreación y cultura, donde subieron los precios de paquetes turísticos y juguetes.
Subíndice de situación macroeconómica
Por último, el subíndice de situación macroeconómica se mantuvo en el cuadrante “mal y empeorando”, al registrar una caída en su puntaje (-0,3) y empeorar su situación desde -4,6 a -4,9 puntos. Al interior de este subíndice se produjeron dos cambios de cuadrante: uno positivo y uno negativo.

El cambio positivo se encontró en las exportaciones, que en términos reales crecieron 5,2%, revirtiendo la caída de 4,5% del mes previo. Este avance permitió que la variable pasara del cuadrante “mal y empeorando” a “bien y mejorando”, aunque el repunte no responde a un patrón estacional específico y refuerza la lectura de una mejora puntual en el desempeño exportador.
En contraste, el cambio negativo de cuadrante correspondió al precio del dólar, que al 12 de octubre de 2025 se ubicó en torno a 963 pesos, superando los 955 pesos registrados el 12 de septiembre, lo que implicó su desplazamiento desde la zona de “mal y empeorando” a “mal, pero mejorando”.
Conclusiones
El análisis del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello concluyó que los movimientos del mes de octubre hicieron que la economía chilena contrajera el ritmo favorable de los meses previos, lo que se refleja en una caída de -1,1 puntos en el Índice Económico IPP UNAB y, en específico, en sus subcomponentes de expectativas (-4,2) y, en menor medida, en el de expectativas (-0,2).
Por lo tanto, el informe del IPP UNAB concluye que en octubre la economía chilena mostró señales de moderación en el ritmo de mejora que se observó en el trimestre anterior, dado que sus componentes evidenciaron una conducta heterogénea: por un lado, las expectativas permanecieron en terreno optimista -aunque moderadas tras la caída de octubre-, mientras que la macroeconomía continúa mostrando rezagos.
El subdirector del Instituto UNAB de Políticas Públicas, Gonzalo Valdés, señaló que «nuestra economía evidencia un equilibrio frágil, donde la mejora en los indicadores de consumo y ahorro de los hogares contrasta con la debilidad fluctuante de la situación macroeconómica, la cual se refleja principalmente en un IMACEC y tipo de cambio que varían fuertemente por razones circunstanciales”.
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