Infogate | Pac-Man: una lectura desde Chile en su aniversario 45
Marco Jaramillo, especialista en Game Studies e Historiador, y docente Diseño de Juegos Digitales de UNAB, abordó la importancia de este juego a través de los años.
A 45 años de la creación de Pac-Man en Japón, es un buen momento para pensar en su impacto cultural en el mundo y en Chile.
Creado en 1980 por Toru Iwatani, Pac-Man surgió con una intención contracultural.
En una escena de arcades japonesa dominada por videojuegos de disparos y guerras espaciales.
Donde la mayoría de los jugadores eran hombres que competían por alcanzar los puntajes más altos.
Iwatani propuso un cambio: reemplazar el acto de disparar por el de comer.
A eso sumó una estética kawaii, popular en Japón durante los años setenta y ochenta, y diseñó personajes como los adorables fantasmas Blinky, Pinky, Inky y Clyde.
Con esos elementos buscó diversificar el público de los salones recreativos, atrayendo a mujeres y parejas.
Pac-Man: más allá del juego
El cambio fue significativo, aunque sutil.
Pac-Man reemplazó los disparos por la mecánica de comer… y comerse a los fantasmas que lo persiguen.
Sigue siendo un juego centrado en el conflicto y mantiene la lógica del high score como medida de habilidad.
No se trata de una ruptura con la ideología dominante del diseño de videojuegos de la época, sino de una reconfiguración más amable.
Su presencia también creció por otros medios: juguetes, ropa, mercancías de todo tipo e incluso canciones como Pac-Man Fever, donde el dúo Buckner & Garcia relataba, en 1982, las emociones de jugarlo.
Fama en Chile
En Chile, Pac-Man también ha dejado huella.
Desde los años ochenta fue un juego obligado en las salas de arcade, con su característico “guaca, guaca, guaca” como parte del paisaje sonoro en ciudades, barrios y balnearios.
A pesar del declive de estos espacios, todavía aparece en lugares como el Happyland del Plaza Vespucio, los Entretenimientos Diana o los locales de Patio Games en el litoral central.
Su figura evoca una memoria compartida entre generaciones: desde quienes lo jugaron en arcades hasta quienes lo conocieron en Pac-Man World para PlayStation.
Esa vigencia se refuerza con su presencia en productos como tazones, poleras, llaveros o ropa interior, disponibles desde supermercados hasta la Feria Friki.
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