07 Febrero 2025

Hipertensión: Se estima que aproximadamente el 30% de los chilenos padece esta enfermedad

Marcela Díaz, directora de la Escuela de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, entrega recomendaciones para prevenir la hipertensión arterial y destaca la importancia de realizar cambios radicales en el estilo de vida cuando ya no es posible revertir el diagnóstico.

La hipertensión arterial es una de las principales causas de muerte en Chile, con cifras preocupantes. Un alto porcentaje de las muertes por enfermedades como la cardiopatía isquémica, los accidentes cerebrovasculares (ACV), las enfermedades hipertensivas del corazón y la insuficiencia renal crónica son atribuibles a la presión arterial elevada.

Hipertensión

En el país, se estima que aproximadamente el 30% de la población adulta sufre de hipertensión, aunque solo una parte está correctamente diagnosticada y recibe tratamiento adecuado. Investigaciones como el «Estudio de Salud de la Población Chilena» han revelado que la hipertensión es un factor de riesgo significativo para desarrollar complicaciones cardiovasculares y otras afecciones graves.

Chile ha reconocido la hipertensión como un problema de salud pública desde hace varias décadas. En 1990, el Ministerio de Salud inició la implementación de políticas para la prevención y el control de enfermedades crónicas. No obstante, fue recién en 2010 cuando la hipertensión fue incluida oficialmente en las Garantías Explícitas en Salud (GES) dentro de la atención primaria.

Factores de riesgo

Diversos factores contribuyen a la aparición de hipertensión arterial, incluyendo antecedentes familiares y ciertos hábitos de vida.

Marcela Díaz, directora de la Escuela de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, señala algunos de los factores de riesgo de esta condición:

Obesidad o sobrepeso: Aumentan significativamente el riesgo de desarrollar hipertensión, además de ser factores de riesgo para enfermedades cardíacas y ACV.

Antecedentes familiares: Tener familiares cercanos con hipertensión eleva la probabilidad de padecerla.

Sedentarismo: La falta de ejercicio contribuye al aumento de peso, lo que incrementa la presión arterial.

Dieta rica en sodio: Un consumo elevado de sal está directamente relacionado con el riesgo de hipertensión.

Consumo de tabaco: Fumar o estar expuesto al humo del tabaco puede aumentar la presión arterial.

Consumo excesivo de alcohol: Este hábito, especialmente en hombres, se asocia con un aumento en la presión arterial.

Enfermedades crónicas: Afecciones como la enfermedad renal, diabetes o apnea del sueño también aumentan el riesgo.

La edad y la hipertensión

¿En qué etapa de la vida debemos prestar más atención a los síntomas? La académica de la UNAB explica que «es más común en adultos mayores, generalmente a partir de los 40 años. Sin embargo, hemos observado un aumento en personas más jóvenes debido a factores como la obesidad, el sedentarismo y hábitos poco saludables».

Una vez diagnosticada la enfermedad, el tratamiento suele comenzar con la administración de fármacos recetados por un médico. No obstante, uno de los mayores desafíos para quienes padecen enfermedades crónicas es adoptar los cambios necesarios para mejorar su estado de salud.

«Es fundamental incorporar hábitos de vida saludable», recomienda Marcela Díaz.

Dormir las horas necesarias, mantener una alimentación equilibrada, reducir el consumo de sodio, hacer ejercicio regularmente, moderar el consumo de alcohol y evitar el tabaco son claves para controlar la hipertensión. Además, mantener un peso adecuado es esencial.

Aunque la hipertensión no suele ser reversible, puede ser controlada. En algunos casos, los cambios en el estilo de vida permiten a los pacientes mantener su presión arterial dentro de los límites normales sin necesidad de medicación.

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