FEN realiza Conversatorio Situación de los Jóvenes en el Mercado Laboral
Organizado por el Centro de Estudios de la Juventud de la Universidad Andrés Bello el encuentro tuvo como foco un estudio sobre el trabajo informal.
“Los factores que inciden sobre la informalidad y el desempleo juvenil” es el nombre del estudio expuesto por Juan Luis Correa, profesor asociado de UNAB y quien trabajó como jefe de estudios del Ministerio de Hacienda entre 2011 y 2014. Además, ha realizado trabajos de investigación en áreas de innovación, productividad y economía laboral.
Correa fue el expositor del Conversatorio Situación de los Jóvenes en el Mercado Laboral, instancia en la que presentó los resultados de un proyecto realizado en conjunto con el también investigador Francisco Solar. Ambos esperan que los resultados contribuyan a perfeccionar el diseño de políticas públicas e institucionales, para enfrentar el presente de los jóvenes en el mercado laboral.
“Estamos convencidos de que en la medida que mejoremos el bienestar de la juventud actualmente, eso proyecta una mejoría del bienestar general del país”, señaló Juan Antonio Rock, director del Centro de Estudios de la Juventud de la Universidad Andrés Bello, organizador del evento.
El Centro de Estudios de la Juventud de la Universidad Andrés Bello ha tenido, dentro de sus prioridades, el estudio de la situación de empleabilidad de los jóvenes por su relevancia en determinar su nivel de bienestar.
Investigación
Juan Luis Correa explicó que la motivación para realizar la investigación fue que en general los estudios que analizan la empleabilidad juvenil se enfocan en la ocupación versus la desocupación e inactividad. “Sin embargo, hay una fuerte discusión en cuanto a la empleabilidad en general de los niveles de precariedad en algunos tipos de ocupación, principalmente en la ocupación informal cuando no hay contrato de trabajo, y las críticas a la calidad de ese tipo de empleo se ha centrado en que el acceso a los beneficios es bastante limitado para los trabajadores informales”, señaló.
Es así que el estudio se enfocó en analizar el empleo informal como un estado ocupacional distinto al empleo formal. En ese proceso vieron que la parte de la literatura vinculada es optimista y toma este tipo de trabajo como temporal y como un tránsito para el trabajo formal.
Sin embargo, en el proceso también encontraron otra visión más pesimista, que liga la informalidad a elementos que reducen los niveles de capital humano de los jóvenes, que los hace persistir en la informalidad o los lleva a la desocupación.
Por lo anterior decidieron evaluar en qué rango se encuentra la juventud en Chile, si hay persistencia en la informalidad o es solo un proceso transitorio.
Otro punto tratado por la literatura revisada para el estudio fue cuál es el efecto del crecimiento económico sobre la informalidad, en este punto encontraron que la informalidad está vinculada al autoempleo, que a su vez se relaciona al emprendimiento. Mayores niveles de crecimiento económico incentivan el emprendimiento, y por lo tanto incentiva a la gente a autoemplearse y crece la informalidad. “Desde esa perspectiva el nivel de precariedad no sería tal porque se ve un sustento a través del tiempo, pero aparece otra línea que dice que cuando hay menor crecimiento económico las posibilidades de emplearse formalmente bajan, por lo tanto, las personas están obligadas a autoemplearse y realizar actividades informales, entonces esa línea está más relacionada con empleos informales de mayor precariedad”.
Correa explicó que el estudio busca contrastar la realidad chilena, y si ésta se relaciona con un empleo informal procíclico, es decir que a mayores niveles de crecimiento económico aumenta la informalidad, o si la informalidad juvenil en Chile es contracíclica, de mayor crecimiento económico que reduce los niveles de informalidad.
Conclusiones
El estudio, que consideró a jóvenes entre 15 y 29 años, consideró como trabajador informal a las personas ocupadas pero que no tienen contrato de trabajo.
La primera conclusión es que la informalidad no es simplemente una precariedad que venga desde la perspectiva de que las personas no acceden a beneficios de la legislación laboral, sino que también existe precariedad en cuanto a la relación de ingreso. Las personas que tienen trabajos informales reciben ingresos significativamente inferiores que las personas que tienen trabajo formal.
Correa agregó que una segunda conclusión es que existe una alta persistencia en el empleo informal, con una alta probabilidad de que los jóvenes que están en el empleo informal seguirán en él o transitarán a la inactividad o desocupación. “En muy baja probabilidad transitarán al empleo formal, por lo tanto, está más relacionado con la visión más pesimista de la informalidad de que el joven tiende a mantener la informalidad al menos dentro de un plazo relativamente corto de tiempo”, detalló.
Otro punto indicado es que el empleo formal es procíclico, mientras que la informalidad es contracíclica, o sea mayor crecimiento económico reduce la informalidad y aumenta la formalidad. Entonces, desde las perspectivas de políticas públicas, dado que la informalidad se relaciona con la mayor precariedad laboral, se vincula con cierto grado de persistencia también de esa precariedad en los jóvenes, según explicó Correa.
“Si nosotros queremos establecer políticas públicas para que los jóvenes transiten y salgan de la informalidad y puedan tener oportunidades en el empleo formal, cualquier política pública tiene que partir con fomentar el crecimiento económico. Cualquier política pública que no fomente el crecimiento económico probablemente no va a permitir reducir los niveles de informalidad de los jóvenes”, dijo.
Por último, también observaron que el completar estudios de educación superior reduce significativamente la informalidad, el desempleo, y la inactividad. Por lo tanto, fomentar la educación y la continuidad en la educación es una buena política pública si se quiere reducir la informalidad.
Reacciones
Dos fueron los invitados a comentar el trabajo realizado por Juan Luis Correa y Francisco Solar, el primero de ellos fue Álvaro Donoso, economista, académico de la Universidad del Desarrollo, ingeniero comercial y máster en economía por la Universidad de Chicago.
Donoso indicó que su sensación final es que al tocar la informalidad se habla de una condición indeseable, pero que en la realidad nacional hay una imagen suavizada de la informalidad.
Puntualizó que en chile se registra un 30% de informalidad, taza negativa bajo muchos puntos de vista, pero no se le da el carácter de indeseable como se debería desprender tras revisar las conclusiones del estudio. “Es una situación indeseable al ir en aumento, pues aquello que crece en tiempos difíciles es algo que no se elige, no es algo que se eligió, es lo que quedó, dada la situación económica”, agregó.
Juan Bravo, economista e investigador senior de CLAPES UC, especialista en temas laborales, se ha desempeñado como asesor del Ministerio de Hacienda, y en la instancia aportó sus conclusiones señalando que el estudio es un aporte para la evidencia empírica. Además, valoró el foco del trabajo ya que la informalidad es uno de los grandes desafíos que tiene el segmento juvenil.
Indicó que se trata de un fenómeno estructural que genera el desempleo, no vinculado a la coyuntura y que pasa en la mayoría de los países del mundo, está relacionado también a las etapas propia de la vida, como la dependencia económica de los padres, y la inserción en estudios formales. “Entonces si no hay empleos que cumplan con sus expectativas no todos recurrirán a la búsqueda del empleo”, agregó.
Bravo apuntó al rango etario, ya que a mayor edad más grandes las obligaciones económicas que obligan a encontrar empleos formales. En tanto a la hora de buscar empleo, la piedra de tope está en la experiencia y el aprendizaje, ya que primará la experiencia y eso contribuye a un desempleo más alto en los jóvenes.
El académico puso como ejemplo los contrastes que se presentan en los sistemas educativos donde la persona realiza su educación formal y luego se inserta en el mercado laboral, los cuales tienen índice de desempleo más altos, versus quienes se encuentran en los sistemas educativos donde la inserción en el trabajo comienza mientras la persona está en una etapa de educación formal. Un ejemplo de lo anterior es Alemania, que posee un sistema de educación dual, que complementa el aprendizaje en aula con el realizado en el mercado laboral. Según Bravo, esos sistemas reducen el problema de margen de experiencia, por tanto, tienen tasas de desempleo juvenil menores.