Ex-Ante | Una lectura sobre la elección de gobernadores: triunfos, derrotas y desafíos
Felipe Vergara Maldonado, analista político y Doctor en Comunicación de la UNAB, explica los ocurrido en los recientes comicios regionales en el país.
En la reciente elección de gobernadores, se pueden identificar ganadores en ambos sectores políticos.
El oficialismo tiene razones para sentirse satisfecho, logrando 10 gobernaciones, destacando dentro de ellas la Región Metropolitana y la de Valparaíso, ambas con alta participación y una significativa cantidad de votos.
Este desempeño le otorga al oficialismo cerca del 50% de los sufragios a nivel nacional y presencia a nivel de gobernadores en más del 60% del territorio nacional.
Afirmándose así, como una fuerza relevante y competitiva de cara a las presidenciales de 2025, considerando además las dificultades enfrentadas por el gobierno en el último tiempo.
Por su parte, la oposición también tiene motivos para sacar cuentas alegres, pasó de una única gobernación hace cuatro años atrás, a seis en esta elección, un avance significativo.
Entre ellas, destaca el triunfo en Los Lagos, bastión de la izquierda desde el retorno de la democracia, y la aplastante victoria en la Región del Biobío.
Sólo les queda lamentar la derrota en La Araucanía, la única Gobernación que había obtenido en 2020.
Gobernadores: Triunfos y tendencia a la moderación
Sin embargo, hay sectores que se vieron evidentemente perjudicados: ni el Partido Comunista, ni el Partido Republicano lograron que sus candidatos resultaran electos, quedando sin representación en las gobernaciones.
Resultado que nos invita a reflexionar sobre una tendencia hacia la moderación electoral, efecto que se condice con los comicios de octubre pasado.
De cara al futuro, el panorama se torna interesante con un próximo año -como se ha hecho costumbre- cargado electoralmente y que incluirá comicios presidenciales, de senadores y diputados.
Los triunfos en las tres regiones más pobladas del país, donde Claudio Orrego superó por 10 puntos a su oponente en la Región Metropolitana.
En Valparaíso, donde Rodrigo Mundaca se impuso por cerca de 300 mil votos a María José Hoffmann.
Y la victoria en Biobío de Sergio Giacaman con el 72% de los votos por sobre Alejandro Navarro, dan indicios que serán claves para analizar las proyecciones presidenciales, en el resto de las regiones del país.
Elecciones: un reflejo de dinámicas locales
Continuando con esta mirada a las presidenciales de noviembre de 2025, estos comicios no fueron del todo lo favorables para la principal carta de la oposición.
La fuerte apuesta de Evelyn Matthei por las candidaturas a gobernadores de las regiones Metropolitana, Valparaíso y La Araucanía, que terminaron perdiendo, así lo indica.
Si bien los votos no son endosables, la ciudadanía expresó una postura distinta a lo propuesto por la carta de ChileVamos, confirmando que el peso de las figuras políticas no siempre se traduce en resultados electorales.
De igual forma, no deja de ser paradójico que mientras en la oposición se evidencian rostros con perfiles de presidenciables, en el oficialismo, a un año de dicha elección, aún no haya figura alguna que pueda proyectarse como una carta competitiva para La Moneda.
Conclusiones
Finalmente, tanto las elecciones municipales, como de Gobiernos Regionales demostraron ser profundamente locales, los ciudadanos eligieron en función de dinámicas específicas, más que como una evaluación directa del gobierno central como algunos auguraron.
Una deuda pendiente que nos deja la reciente elección es la nula representatividad de la mujer en estos cargos.
Se votó por gestión, territorialidad y también transparencia, no es casualidad que algunos candidatos investigados por actos de corrupción hayan perdido.
Lo que incluso se evidencia al observar en varias comunas un cambio de tendencia política entre lo votado hace un mes para alcaldes y el sufragio expresado el recién pasado domingo, el voto cruzado se evidenció, confirmando que las elecciones regionales no responden necesariamente a corrientes políticas.
Este escenario, sin duda, complejiza las proyecciones para 2025 y llama a interpretar las señales del electorado, a fin de diseñar estrategias efectivas que reconozcan las dinámicas locales y consoliden liderazgos que conecten con las aspiraciones ciudadanas.