29 Abril 2024

Estudio UNAB sobre actividad física: Un tercio de los adolescentes pasa su tiempo de ocio en reposo

Un equipo de investigadores de la Universidad Andrés Bello logró recolectar importantes datos respecto del comportamiento de jóvenes entre 10 y 19 años. Nuevos resultados de la investigación dados a conocer esta semana muestran, por ejemplo, como las actividades extraescolares pueden hacer una diferencia.

Dos años de trabajo y más de un millar de jóvenes encuestados son parte de la investigación liderada por el académico de Educación Física de la Universidad Andrés Bello, Sergio Fuentealba, destinada a comprender la evolución e interacción de los hábitos de actividad física, la regulación emocional y el bienestar en adolescentes en la Región del Biobío. El trabajo enfocado en establecimientos educacionales de San Pedro de la Paz, en la Región del Biobío, logró determinar en su primera etapa que cerca del 70% de los jóvenes entre 10 y 19 años de esa comuna no cumple con las recomendaciones mínimas en cuanto a la frecuencia de actividad física, además de otras preocupantes conclusiones.

Actividad física en el colegio

Nuevas cifras, dadas a conocer esta semana, muestran una asociación significativa entre los hábitos de Actividad Física (AF) y la práctica de actividades extraescolares en adolescentes pertenecientes a establecimientos con altos índices de Vulnerabilidad Escolar. En detalle, explica el académico, el riesgo de no alcanzar una frecuencia semanal adecuada de actividad física aumenta 3,4 veces cuando no se practican talleres del área o deporte extraescolar, ya sea directamente en la escuela, en talleres desarrollados por la municipalidad o en clubes de organizaciones deportivas privadas.

Sergio FuentealbaPor otro lado, el género se asoció significativamente con el riesgo de no alcanzar hábitos de actividad física adecuados. En las mujeres el riesgo de no alcanzar los estándares necesarios en cuanto a la práctica fue 2,9 veces mayor que en los hombres y según el contexto de análisis representó algunas variaciones. Por ejemplo, en actividades físicas con la familia fue 2,3 veces mayor, en juego en parques y áreas verdes 1,7 más y en los recreos 2,8 veces mayor que en hombres.

El riesgo de no alcanzar hábitos adecuados de actividad física se asoció también con la etapa de la adolescencia, en general los adolescentes de mayor edad (adolescencia media y tardía; 14 a 19 años), tuvieron un riesgo 38% mayor de no alcanzar la frecuencia recomendada.

Uno de los hallazgos más reveladores fue que la no participación en talleres extraescolares se asoció con el riesgo de no alcanzar hábitos adecuados en diversos contextos. Al interior de la escuela fue un 80% mayor, con la familia 37% mayor y en general fue 3,4 veces mayor en aquellos adolescentes que no desarrollaron, de forma regular o a partir de talleres extraescolares.

Seguimiento

Ahora, a través de una nueva adjudicación del fondo concursable del Centro de Estudios de la Juventud (CEJ-UNAB), el proyecto busca analizar una muestra de más de 1.300 estudiantes de escuelas con un alto índice de vulnerabilidad de esa comuna. Se trata, explica Fuentealba, de un estudio longitudinal sobre los hábitos de actividad física, que a partir de los resultados de esta nueva etapa “permitirá observar la evaluación e interacción de estas variables, incluso en jóvenes que durante el periodo de observación transitan de una etapa de la adolescencia a otra”.

El equipo de investigadores está integrado por los académicos de la Facultad de Educación, Sergio Fuentealba, Jonathan Martínez y Cristian Céspedes y de la Facultad de Economía y Negocios, Andrés Rubio.

Agrega que a partir de esta nueva fase podrán observar la evolución registrada en los tres años de seguimiento, además de determinar la incidencia de factores como la alta vulnerabilidad en cuestiones como la regulación emocional, el género, las etapas de la adolescencia y las condiciones sociales asociado a la actividad física. “Adicionalmente se podrá observar además el papel que juega la educación extraescolar, particularmente la vinculada a la práctica de actividad físico-deportiva, como política pública de promoción de la actividad física y salud en la educación municipal”, adelanta.

Fuentealba enfatiza que la adolescencia constituye una etapa crítica y que en ella “se adquieren y consolidan los hábitos activos que acompañaran al individuo hasta su vida adulta”. De allí la relevancia de pesquisar y estudiar sus hábitos.

Se trata, entonces, de información valiosa para el desarrollo de programas y planes que promuevan el desarrollo de hábitos de actividad física y el bienestar de los jóvenes. En este sentido, esta información puede ser utilizada como punto de partida para establecer acciones específicas en cada etapa de la adolescencia considerando también cuestiones como el género y el nivel de vulnerabilidad escolar presente en los centros educativos.

Otros resultados

En el trabajo realizado durante 2022 y 2023, el estudio mostró que la mayoría de los adolescentes (68%) no cumplen con las recomendaciones de actividad física de la OMS, mientras que más del 50% supera el tiempo recomendado en actividades con pantallas. Aproximadamente el 30% pasa tiempo de ocio en reposo.

En términos de bienestar y regulación emocional, aunque los jóvenes muestran un alto nivel de satisfacción en diversos aspectos de la vida, tienen menos confianza en sí mismos y muestran preocupación por el futuro. Sin embargo, tienen habilidades adecuadas de regulación emocional. Se destaca una relación positiva entre la actividad física, el bienestar percibido y las estrategias de regulación emocional, sugiriendo que aquellos más activos físicamente tienden a tener una mayor satisfacción con la vida.