Estudio IPP UNAB: Rentabilidad promedio de la educación universitaria alcanzó un 8,1% entre 2009 y 2022
Una investigación del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello midió el retorno de contar con un título universitario entre los años 2009 y 2022. Para este último, la rentabilidad alcanzó un UF + 6,3%, cifra que, si bien refleja una caída en comparación a 2009, consolida -desde el punto de vista económico- a la educación universitaria como una atractiva alternativa de inversión para los chilenos y que, adicionalmente, ofrece otras externalidades positivas públicas y privadas como mayor estabilidad y seguridad laboral. El informe también destaca la importancia de impulsar una agenda procrecimiento que dinamice el mercado laboral para que ofrezca oportunidades acordes a las habilidades de los profesionales.
El Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello dio a conocer un informe que midió la rentabilidad de estudiar en educación superior en términos de ingresos y cómo esta ha variado con la expansión que ha experimentado la matrícula universitaria durante la última década.
El informe retrata, en primer lugar, el avance que ha sostenido la cobertura de la educación universitaria en Chile: si en 2009 alrededor de 751.000 personas habían completado una carrera universitaria en el país, para 2022 esta cifra ascendió a 2,1 millones de personas. El análisis destaca, por otro lado, que este aumento ha beneficiado con mayor fuerza a las personas de niveles socioeconómicos más bajos -primer quintil-, segmento en que se incrementó en 33,7 puntos porcentuales entre 1990 y 2022. En cambio, en los sectores de mayores ingresos -quinto quintil- el alza fue de 23,7 puntos.
Posteriormente, el estudio del Instituto UNAB de Políticas Públicas calculó la rentabilidad de estudiar una carrera universitaria en términos de salarios a partir de datos obtenidos de la encuesta Casen 2009 a 2022. Para ello, se comparó el valor presente de los ingresos totales durante la vida laboral de una persona que estudió en la universidad y el valor presente de los ingresos de una persona que terminó la educación media, ya sea científica o técnico profesional. Así, luego de contrastar ambas cifras, los investigadores calcularon la Tasa Interna de Retorno (TIR) de la inversión de estudiar una carrera, considerando además los sueldos proyectados de los universitarios, el costo monetario de estudiar una carrera universitaria -arancel- y el costo de oportunidad -en este caso, no estudiar una carrera universitaria y entrar inmediatamente en el mercado laboral-.
Así, el informe concluyó que entre 2009 y 2022 la rentabilidad (TIR real) de estudiar una carrera universitaria fue de UF + 8,1% en promedio. Si bien, como es natural al aumentar la oferta el retorno ha ido disminuyendo a lo largo del tiempo, pasando de un 9,1% en 2009 a un 6,3% en 2022, esta última cifra sigue siendo alta al compararla con otras alternativas de inversión -como la rentabilidad de los fondos de pensiones o en inversiones en departamentos en Santiago-. Es decir, mientras que la matrícula creció en un 188,3%, la rentabilidad descendió en solo 2,8 puntos porcentuales durante el período analizado.
En este contexto, el análisis estimó que, para que el retorno de la inversión disminuya en un punto porcentual, el número de graduados debe aumentar en un 42%, lo que deja de manifiesto que, a pesar de la masificación, la educación superior sigue siendo una inversión atractiva a largo plazo para los chilenos.
Asimismo, el análisis plantea el caso hipotético de que el porcentaje de personas con educación superior fuera igual que el porcentaje de personas con educación universitaria en el mercado laboral – que la masa laboral pasara a ser un 41,1%, es decir, contar con un stock de 4.626.135 personas con educación superior en el mercado en el largo plazo-, los retornos de la educación disminuirían, pero seguirían siendo positivos y llegarían a UF + 3,6% en promedio.
A modo de conclusión, el informe reconoce que, aun cuando la expansión de la matrícula universitaria se puede vincular con una reducción de la rentabilidad de la educación superior, estudiar una carrera universitaria ha sido una inversión valiosa y atractiva para la población en los últimos años incluso en un contexto donde el crecimiento económico ha sido casi nulo. Así, el estudio agrega que la causa principal de la caída en el retorno educacional no es la masificación o una disminución en la calidad de la educación superior, sino que el empeoramiento del mercado laboral debido a una disminución del crecimiento económico. Por otro lado, la investigación del IPP UNAB hace hincapié en otras externalidades positivas de la educación universitaria, como contar con tasas de desempleo más bajas y ser menos afectados por crisis económicas, aspectos que justifican y refuerzan la inversión en una carrera profesional en el largo plazo.
Para el director ejecutivo del Instituto UNAB de Políticas Públicas, Raúl Figueroa, los resultados de esta investigación demuestran que “más allá de algunos mitos que se han querido instalar en torno a los efectos del aumento de la cobertura en la educación superior, la rentabilidad de estudiar una carrera profesional en Chile sigue siendo alta no obstante la masividad de la misma. Es natural que exista un leve descenso en el retorno al haber más profesionales disponibles en el mercado laboral, pero también es positivo que el premio salarial se reparta transversalmente y con especial énfasis en los sectores más vulnerables de la población que antes no tenían acceso a la universidad”.
En ese sentido, Raúl Figueroa recalca que “es importante que las políticas públicas en Chile sigan promoviendo el acceso a la educación superior, asegurando la calidad de la enseñanza y la diversificación del mercado laboral para que la educación siga siendo un motor de movilidad social para las familias chilenas. Adicionalmente, en un contexto de estancamiento económico como el que hemos vivido los últimos años, urgen medidas que fomenten la inversión y el crecimiento económico para que exista un mercado laboral dinámico que le ofrezca oportunidades a los profesionales universitarios y que les permita maximizar el retorno de la inversión en su educación”.