Estudiantes UNAB triunfan en AntofaEmprende con proyecto para la minería del litio
Dos alumnas de Ingeniería en Biotecnología de la Universidad Andrés Bello fueron reconocidas en el concurso de emprendimiento gracias a su innovador proyecto Biolithia, una alternativa basada en microalgas que busca recuperar litio y aportar una solución sostenible a un desafío de la industria minera.
Las estudiantes de la carrera de Ingeniería en Biotecnología de la Universidad Andrés Bello (UNAB), Jassira Saigg y Pía Stocker, continúan sumando logros en el ecosistema de innovación y emprendimiento. Recientemente obtuvieron el premio AntofaEmprende 2025 en la categoría Semillero, con su propuesta Biolithia, una solución biotecnológica que busca hacer más sostenible la minería del litio.
AntofaEmprende es un concurso de emprendimiento creado el 2013 que busca soluciones para los desafíos que enfrenta la región de Antofagasta y sus habitantes.
El reconocimiento al proyecto de las estudiantes UNAB se suma a un historial de éxitos en el que destaca la obtención de fondos Endowment y WISE, además de su participación activa en el Hub UNAB, instancias que han consolidado su camino como emprendedoras científicas de gran proyección.
Innovación con impacto en la minería del litio
El primer producto de su startup, BICAS (Biotecnología, Ingeniería, Ciencia, Ambiental y Sostenibilidad), se denomina Biolithia y se proyecta como una alternativa de alto valor en un sector productivo clave para Chile.
El proyecto premiado responde a uno de los grandes desafíos ambientales que tiene la industria, explican las jóvenes investigadoras:
Nos dimos cuenta de que se perdía entre un 50 y 70% de litio en la evaporación, entonces pensamos que las microalgas podían captarlo y reutilizar el agua, reduciendo el uso de químicos y protegiendo la flora y fauna.
Mirada académica y proyección de futuro
El director de la carrera de Ingeniería en Biotecnología UNAB, Juan Antonio Valdés, destacó el logro de las estudiantes: “Este reconocimiento no solo visibiliza su capacidad para transformar el conocimiento científico en soluciones concretas para la industria, sino que también refleja el espíritu innovador y resiliente que buscamos cultivar en nuestra comunidad académica”. Además, subrayó:
A través de su proyecto basado en microalgas, demuestran que la ciencia aplicada puede aportar alternativas sostenibles a sectores productivos clave para el país, alineándose con los principios de sustentabilidad y responsabilidad social.
Ambas agradecieron el respaldo recibido por parte de sus docentes. “Los profesores nos corrigen, pero también nos incentivan a aprender de los errores”.
Asimismo, motivan a sus pares a atreverse y ser resilientes. “Aunque las ideas parezcan descabelladas, con una buena lectura se pueden volver manejables. Lo importante es perder el miedo al rechazo”, afirmaron.
Con el sueño de oficializar BICAS como startup, Stocker y Saigg esperan que su proyecto trascienda la recuperación de litio y pueda diversificarse hacia otras áreas, ampliando su impacto y abriendo oportunidades a futuras generaciones de estudiantes. “El trabajo en equipo es fundamental, porque no se puede hacer todo solo. Aprendimos a pedir ayuda y a colaborar con otras disciplinas”, concluyeron.
Su historia refleja cómo el emprendimiento estudiantil puede convertirse en un puente entre la ciencia y la solución de problemas reales de la industria, abriendo nuevas oportunidades de innovación con sello sustentable.