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Estudiante de Trabajo Social cuenta su experiencia de intercambio en el País Vasco: Se hizo hasta hincha del fútbol
Siempre pensó que ir a estudiar de intercambio al extranjero era algo que sólo pasaba en las películas, pero después de ser testigo de una pandemia mundial y reflexionar en confinamiento, Ignacia Tapia Valdés, estudiante de Trabajo Social de la U. Andrés Bello, se percató de que cualquier cosa era posible en esta vida. Fue así como se contactó con los encargados de relaciones internacionales de la Universidad de Deusto, en el País Vasco, España, quienes rápidamente le respondieron de manera acogedora y cercana.
“La malla curricular que ofrecía, era muy completa para mi carrera y fue una experiencia increíble. Cada momento vivido fue único y muy personal, pasando momentos muy buenos y otros no tanto, pero toda la experiencia es de aprendizaje y no me refiero solo al ámbito académico”, señala esta joven de 21 años, oriunda del sector de Batuco, comuna de Lampa.
¿Qué es lo que más te costó allá?
Me costó estar sola en momentos como año nuevo, mi cumpleaños, o cuando tenía logros universitarios o algunos hitos importantes. Fue complicado no compartir con mis personas más cercanas, pero el apoyo a la distancia siempre está y es eso lo que me mantuvo con alegría. También fue difícil ser extranjera latina en Europa donde algunas personas me miraban diferente en la calle, en los supermercados… aunque al pasar de los días me fui acostumbrando a las miradas de extrañeza.
¿Cuánto crees que te aportó esta experiencia internacional en tu formación y en lo personal?
Compartir, aprender y desarrollarme en una comunidad autónoma de España, me enseñó muchas cosas. El País Vasco aportó de manera significativa a mi formación profesional, debido a que su interés y lucha por querer una comunidad justa, mejor e independiente, es muy relevante para mí como futura trabajadora social y como ciudadana. Querer siempre mejorar, de manera colectiva. Deusto es una universidad principalmente del País Vasco, donde compartí con profesoras y alumnos vascos que me contagiaron de su cultura, idioma y de su manera de ver la sociedad.
¿Qué es lo que más te gustó de estar en Europa?
Viajar, conocer lugares nuevos y su gastronomía. Principalmente, me encantó el lugar donde viví el semestre, compartiendo las festividades, los gustos y lo cotidiano.
También me gustó conocer personas nuevas de diversos lados del mundo. Concreté una amistad muy linda con una persona que vive en Suecia y espero algún día volver a verla.
¿Tienes alguna anécdota?
Varias pero destaca mi experiencia en el Reale Arena, el estadio de la Real Sociedad. Yo vivía literalmente al lado de este y todos en el sector eran hinchas de dicho equipo, por ende, siempre que había fútbol, las calles se llenaban. Eso me contagió y decidí ir a un partido de La Liga: Real Sociedad – Real Betis. Fue increíble, un estadio enorme, con un entretiempo entretenido y un fútbol que me mantuvo muy expectante. Además, pude ver a Claudio Bravo, lo cual fue espectacular.
¿Recomendarías hacer estudios en el extranjero? ¿Qué consejos darías?
Sí, lo recomiendo. Es una experiencia única, donde se aprende mucho de la vida, del mundo y académicamente. El apoyo de la institución es muy bueno. Son comprometidos, entregan la información necesaria y acompañan durante toda la tramitación, lo que es importante para no sentirse perdido y solo en todo esto.
En el ámbito académico, un consejo importante es que con su secretario/a académico/a observen bien qué universidad es buena y completa para su carrera, para que no tengan eventuales problemas en la convalidación de ramos y pueda ser un tiempo provechoso de estudio.
Que no tengan miedo quienes deseen postular, que disfruten y que ahorren harto antes de ir, para que vivan bien en su casita temporal.
