Equipo investigativo de UNAB, SAPHIR y UTA está realizando el primer mapeo de gas radón en Chile
Este gas incoloro e inodoro puede encontrarse en casi cualquier suelo, y es la segunda causa de cáncer de pulmón en el mundo, pero en Chile se han hecho pocos esfuerzos por determinar su presencia. Hoy, un equipo de investigación conjunta está implementando un proyecto para medir su concentración a lo largo del país. Los primeros resultados estarían disponibles a mediados del 2023.
Si te cuentan que alguien sufre cáncer de pulmón, ¿cuál pensarías que es la causa? Es muy probable que digas el cigarrillo. ¿Pero y si esa persona no fuma y no convive con personas fumadoras? ¿Cómo podría haber desarrollado cáncer pulmonar?
La respuesta a esa pregunta es preocupante: la causa podría estar donde pasa gran parte del día, en su propia casa, en la oficina, en la universidad o el colegio. Porque el gas radón, la segunda causa de cáncer de pulmón después del cigarrillo (CDC, 2022), puede encontrarse en casi cualquier parte. Es por ello que un equipo de investigación de la Universidad Andrés Bello (UNAB), liderado por el Dr. Jilberto Zamora, académico del Departamento de Ciencias Físicas e investigador adjunto del Instituto Milenio Saphir, está recorriendo el norte de Chile para instalar detectores de radón en edificios altamente concurridos —tales como colegios y universidades— y así determinar qué tan expuesta está la población a las emisiones de este elemento.
El radón es un gas radiactivo inodoro, incoloro e insípido que se produce de forma natural por el decaimiento del uranio. Las emanaciones de radón son muy elevadas en minas de uranio, pero se ha descubierto que hay trazas del elemento en la mayoría de los suelos del mundo, por lo tanto, casi cualquier persona puede estar expuesta a dosis mayores o menores de gas radón.
Esto no significa que todo el mundo desarrollará cáncer de pulmón. De hecho, se estima que el radón causa entre 3% a 14% de los casos de esta enfermedad en cada país (WHO, 2021). La cifra exacta depende del nivel de radón presente y de la prevalencia del tabaquismo. De todas formas, y a modo de ejemplo, en Estados Unidos, se estima que más de 20.000 muertes anuales por cáncer son atribuibles a la exposición a gas radón (CDC, 2022).
El radón se encuentra en suelos, rocas y aguas subterráneas, desde las cuales migra hacia la superficie. Como se trata de un gas, suele acumularse en áreas cerradas o mal ventiladas, por lo que las minas, cuevas y subterráneos son zonas de riesgo.
Al aire libre, el radón se diluye rápidamente y no suele ser un problema, pero se ha determinado que en edificaciones como casas, escuelas y oficinas, la concentración de este gas puede ser hasta 2.000 veces mayor que al aire libre. Asimismo, se ha demostrado que incluso concentraciones relativamente bajas en estos recintos pueden aumentar de forma notoria la prevalencia de cáncer pulmonar (WHO, 2021). De ahí la importancia de medir su presencia y concentración en edificios habitados o altamente concurridos.
Midiendo gases invisibles
En Chile no existe una normativa que regule la medición del gas radón y establezca un límite permitido. Aunque se han hecho mediciones esporádicas, no existe un sondeo sistemático de las concentraciones de gas radón. Es por esto que el Dr. Zamora, en conjunto con los académicos Lorena Cornejo, Stavros Kukulis y Luciano Villarroel de la Universidad de Tarapacá, han comenzado el mapeo sistemático de las emisiones de radón en la zona norte del país.
El Liceo Bicentenario Sagrado Corazón de Jesús de Alto Hospicio es uno de los colegios donde se instalaron medidores de radón. Estas instituciones concentran un gran número de niñas, niños y adultos durante varias horas al día, por lo que resulta importante saber si allí existen altas concentraciones del temido gas.
El Dr. Zamora explica que el objetivo del equipo de investigación es contar con resultados de estas mediciones a mediados del 2023. Estos serán relevantes para establecer políticas públicas de protección contra este gas radiactivo.
Según el académico, la siguiente etapa del proyecto consistirá en medir las concentraciones de radón en la zona sur y sospecha que los resultados serán muy distintos. Esto porque en el norte los edificios suelen ventilarse más que en el sur, donde el frío obliga a mantener las salas y oficinas cerradas para mantener el calor. Y, tal como ocurre con el Covid-19, la falta de ventilación es un factor que aumenta el riesgo de concentración de este gas en edificios.
El proyecto de medición de gas radón en la zona norte está apoyado por el Instituto Milenio Saphir (financiado por la Iniciativa Científica Milenio de la ANID), el Centro de Física Teórica y Experimental (CTEPP) de la Universidad Andrés Bello y la Universidad de Tarapacá.