Raúl Figueroa, director del Instituto UNAB de Políticas Públicas: “Buscamos desde la academia entregarle una mirada mucho más metodológica y científica a la política pública”
Desde su presentación en las tres sedes en junio pasado, con jornadas de trabajo con académicos, investigadores y autoridades, el IPP ha estado focalizado en conectar a las distintas áreas de la Universidad Andrés Bello para trabajar en las necesidades que tiene el país en materia de políticas públicas. En especial en el escenario constituyente en el cual nos encontramos.
Raúl Figueroa, abogado de profesión y ex ministro de Educación, lleva unos meses en la Universidad Andrés Bello. Específicamente en Campus Casona de Las Condes, lugar donde están ubicadas las oficinas del recientemente lanzado Instituto UNAB de Políticas Públicas (IPP).
Su llegada a la Universidad se da en el marco de un proceso político/social que tendrá a nuestro país inmerso en la discusión de una serie de políticas públicas que marcarán su desarrollo y su futuro.
Y es que, dada su amplia y conocida experiencia en el ámbito público, el director del IPP tiene claro que es desde la rigurosidad de la academia que se pueden producir los cambios y avances que nuestro país necesita.
¿Cuál es el foco del Instituto UNAB de Políticas Públicas?
El IPP nace con el propósito de contribuir al desarrollo del país desde la capacidad que tiene hoy día la universidad. Estamos convencidos que el trabajo de investigación que se lleva adelante, a través de las distintas facultades, puede tener un impacto aún mayor en la solución de problemas que aquejan a los chilenos.
En ese sentido lo que queremos es vincular con mayor efectividad las capacidades que hoy día tiene la Universidad Andrés Bello y el trabajo que realiza, con las necesidades de la gente desde un nuevo enfoque, como es la política pública.
¿Cuáles son los objetivos que se han planteado para este 2022?
El primer objetivo dice relación con insertar adecuadamente al IPP en la universidad, considerando que buscamos realizar un trabajo con foco multidisciplinar. Es decir, poder coordinar con las distintas unidades académicas una mirada conjunta en temas de políticas públicas.
En este sentido las primeras actividades del Instituto han estado centradas fundamentalmente en recoger desde la comunidad, específicamente desde los investigadores, cuáles son sus principales intereses y cómo creen ellos que es posible contribuir al mejor desarrollo de la política pública.
Estamos avanzando también en las distintas líneas de acción que nos hemos propuesto, como por ejemplo, la Escuela de Gobierno que ya ha iniciado un primer curso en colaboración con la Organización de Estados Americanos (OEA) que apunta a cumplir con el propósito de formar y capacitar a profesionales que quieran desarrollarse en el servicio público, como también de aportar a la internacionalización del trabajo que hace la UNAB.
También existe el Observatorio Territorial, que es liderado por Jaime Bellolio, que tiene por finalidad identificar las prioridades de las personas en determinados territorios, y al mismo tiempo evaluar políticas públicas acordes con esas prioridades en grupos específicos de la ciudadanía.
Pensando en el contexto actual, ¿Qué temas esperan poder abordar desde el IPP?
Creo que es muy importante abordar los temas que son prioritarios para los chilenos y en ese sentido uno podría distinguir entre dos grandes bloques. Un primer bloque tiene que ver con todo el trabajo que va a requerir en política pública el proceso constituyente. Queremos colaborar en entregarle a la ciudadanía y a la comunidad universitaria la mejor información posible sobre el borrador de nueva Constitución, para que se pueda tomar la decisión más informada al momento de ir a votar al plebiscito.
Cualquiera sea el resultado del plebiscito, queremos acompañar y contribuir al país en el diseño de políticas públicas ya sea para implementar y mejorar, si acaso se aprueba el borrador, o bien para buscar nuevos mecanismos de consenso que le permitan encauzar el proceso en el evento de que sea el rechazo a la opción que gane. Por tanto, ahí hay un bloque grande de trabajo, que involucra diversas áreas del conocimiento y donde tenemos que generar un rol de articulación muy fuerte.
Además, queremos ir avanzando en otros aspectos que son prioritarios para la ciudadanía y que no siempre están en la primera línea del mundo político, pero que deben ser abordados porque son urgentes. Por ejemplo, todas las situaciones de violencia que se viven, o más bien cómo mejorar la convivencia entre los chilenos; el bienestar como un concepto general que cubre una serie de políticas; la aproximación específica a los jóvenes, trabajando en temas como la inclusión, la equidad de género y el acceso a mejores oportunidades, algo que también es muy coherente con el sello de la universidad.
Pensando en esas prioridades, ¿Cuáles podrían ser los próximos estudios o investigaciones que ustedes esperan llevar a cabo?
Estamos levantando y conociendo todo el trabajo que han hecho los investigadores de la universidad en diversas áreas que es muchísimo. A partir de eso vamos a ver qué oportunidades de conexión con esos trabajos y la política pública pueden surgir en áreas como por ejemplo la sustentabilidad, el mercado laboral, la convivencia y la igualdad de oportunidades frente a diversas realidades.
Además, estamos trabajando en ciertos aspectos que nos parecen fundamentales, como por ejemplo, la violencia y cómo esta impacta la buena convivencia y el bienestar en sus diversas áreas, creemos que es un aspecto fundamental que debe ser abordado siempre.
También, estamos muy atentos a la contingencia y en qué medida las capacidades de la universidad pueden estar disponibles para dar soluciones a problemáticas urgentes.
¿Cómo esperan complementar la investigación que realiza UNAB ahora que exista el IPP?
Nos gustaría poner la investigación en sintonía con los problemas urgentes que tiene el país, en orden a velar porque el trabajo académico no solo tenga impacto en publicaciones, sino que además pueda impactar directamente al bienestar de las personas.
También creo que se podría dar perfectamente un espacio para que el mismo rigor que se pone en la investigación este a disposición de las temáticas públicas. Entonces me parece que ahí puede existir una novedad de entregarle desde la academia una mirada mucho más metodológica y científica a la política pública para que puedan contribuir con un mayor impacto a la solución de los problemas más cotidianos.
¿Cómo evalúa el lanzamiento del IPP en las tres sedes?
La verdad que fue un trabajo espectacular por diversas razones: primero porque todos los asistentes demostraron un enorme interés por participar, y mucho compromiso a la hora de dar su opinión respecto de la contribución que se puede hacer a través del Instituto.
Tanto en Santiago como en Viña y en Concepción nos encontramos con un cuerpo académico tremendamente comprometido con la universidad y también con el país, y en ese sentido la verdad es que es muy auspicioso, porque rápidamente pudimos constatar que la colaboración va a ser bastante ágil, de hecho, en cada una de las jornadas surgieron de inmediato contactos, iniciativas de académicos que rápidamente tomaron contacto con nosotros para ir ya identificando espacios de colaboración.
Recordemos además que este trabajo no ha terminado, porque ya hemos enviado a quienes participaron de las jornadas el informe que surge de estas conversaciones y estamos a la espera de sus comentarios y sugerencias, en orden a ir generando un espacio de intercambio y de retroalimentación que creemos va a ser muy positivo.