Encuesta FEN UNAB muestra que mujeres se sienten menos preparadas que los hombres para emprender
La Encuesta Bienestar y Emprendimiento en Chile, realizada por la Facultad de Economía y Negocios de la U. Andrés Bello, busca identificar las diferencias en bienestar personal, familiar y laboral entre hombres y mujeres, y cómo estás dimensiones se asocian a la intención emprendedora.
Con la finalidad de entender los procesos de emprendimiento y así entregar insumos para el diseño de políticas públicas relacionadas, la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad Andrés Bello (UNAB) dio a conocer los resultados de la Encuesta de Bienestar y Emprendimiento en Chile.
El estudio –una encuesta probabilística que se aplicó en terreno a 1.020 personas en las regiones Metropolitana, Valparaíso y Bío Bío– busca identificar las diferencias en bienestar personal, familiar y laboral entre hombres y mujeres y cómo estás dimensiones se asocian a la intención emprendedora. Así también identifica las diferencias en bienestar laboral entre hombres y mujeres según teletrabajo.
Al respecto, arrojó que, si bien ambos grupos tienen similar bienestar personal, difieren en bienestar familiar y laboral. Sobre el teletrabajo mostró que los hombres reportan una mayor satisfacción laboral, y al aplicar este análisis sólo en las mujeres, aquellas que teletrabajan logran mayor satisfacción laboral que aquellas que no están en este régimen.
Respecto del emprendimiento, la encuesta midió en una escala de 1 a 7 los tres principales predictores de la Intención Emprendedora –que se puede definir como el auto-reconocimiento de la convicción de crear un negocio y la planificación consciente para su realización en un tiempo futuro–: Actitud emprendedora (capacidad de iniciar o crear un emprendimiento), Autoeficacia (qué tan capaz me siento) y Norma Social (cómo percibo el apoyo de mi entorno cercano)
En esa línea, se demostró que existen diferencias en la Intención Emprendedora según género. El Dr. Juan Carlos Oyanedel, investigador UNAB, explica que «los hombres (4,9) tienen una mayor intención emprendedora que las mujeres (4,7), y la mayor diferencia en los predictores se da en Autoeficacia».
El estudio fue presentado en el marco de la Semana de las Mujeres en UNAB, y contó con la participación de Francisca Valdés, directora ejecutiva y socia fundadora de Mujeres Empresarias; Loretxu García, directora de innovación y fundadora de la Constructora Infiniski; y María de los Ángeles Romo, gerenta de Startup Chile de Corfo, quienes analizaron este tema en un panel moderado por el Dr. Miguel Vargas, decano de la Facultad de Economía y Negocios UNAB. «Este estudio se enmarca en un compromiso de la facultad para entender y comprender aquellos desafíos que debemos abordar de cara a las necesidades de nuestra sociedad», recalcó.
La gran tarea
Es precisamente la autoeficacia el punto crítico identificado en el estudio, y que se relaciona con la percepción de estar preparado o no para iniciar un negocio. En este punto, las mujeres reportan sentirse mucho menos preparadas que sus pares hombres, especialmente en las variables «Estoy preparada para formar de manera viable mi propio negocio/empresa» y «Sé cómo desarrollar un proyecto», donde presentan una diferencia de 0,4 y 0,3 puntos respecto de los hombres, alcanzando 4,5 y 4,4 puntos, respectivamente.
Esto se relaciona con el bajo bienestar laboral que tienen las mujeres, especialmente en lo respectivo con el reconocimiento y la justicia al interior de las organizaciones a las que pertenecen: «La autoeficacia es la noción de que yo creo que puedo desarrollar habilidades y que éstas sirven, pero cuando no tenemos justicia organizacional estas habilidades se minan y se desarman. Cuando no tenemos igualdad salarial o reconocimiento por el trabajo bien hecho la autoeficacia se diluye», explica el investigador. Sin embargo, agrega, «esta autopercepción de sentir que falta algo es un punto en el que se puede intervenir con capacitación y con una mayor igualdad y valoración al interior de las organizaciones».
Barreras para el emprendimiento
Para el investigador del Instituto de Políticas Económicas de la FEN UNAB, Dr. Juan Luis Correa, es clave atender el emprendimiento femenino, dado la serie de discusiones relacionadas al contexto económico e institucional.
Respecto de los resultados de la encuesta, destaca que no se vieron mayores diferencias en Norma Social, es decir «qué tan valorado me siento por mi entorno» (familia, amistades y colegas), donde ambos grupos reportan un apoyo muy similar. «El apoyo del entorno, uno de los factores socio-culturales importantes para explicar diferencias en la tasa de emprendimiento entre hombres y mujeres a nivel internacional, no sería determinante para explicar dichas diferencia en Chile. Donde sí observamos otros factores que limitan el emprendimiento femenino, como sería el acceso a capital, impuestos, trámites burocráticos, y otro tipo de factores que están relacionados con factores institucionales», dice el Dr. Correa.
No obstante, precisa que, a pesar de que el apoyo social es muy similar, a la hora de analizar las barreras del emprendimiento las mujeres las perciben mucho más altas que los hombres. Aquellas que tienen mayor puntuación, en una escala de 1 a 7, son precisamente las que se relacionan con conocimiento y preparación: «Duda acerca de mis habilidades personales» (5,1 puntos) y «Falta de Asesoramiento Legal» (5,0 puntos). En tanto, una de las barreras con mayor contraste entre ambos géneros es «Falta de Conocimiento», donde registran una diferencia de 0,6 puntos.
«Al relacionar bienestar y emprendimiento, sólo el bienestar laboral de las mujeres está significativamente asociado a la intención de emprender», detalla el Dr. Oyanedel. En ese sentido, agrega que, «si queremos mejorar la intención de emprender, necesariamente debemos avanzar en justicia organizacional. No sólo se trata de respeto, sino también de posibilitar y viabilizar que los negocios sean sustentables, incorporar la opinión de las mujeres genera una mayor eficacia».