EMOL | Secuestro «exprés» en Argentina: La evolución de un crimen que se instaló hace 20 años
El académico de la Facultad de Derecho, Carlos Silva, habló con Emol sobre el delito de secuestro "exprés" en Argentina y cómo llegó a transformarse en la modalidad prevalente.
Se trata de delitos que carecen de logística u organización para prolongar la captación, y eligen a sus víctimas al azar. Aunque el peak fue en 2015, aún se reportan casos cada año.
Los secuestros de carácter extorsivos que se han tomado la agenda esta semana en Chile, no sólo van al alza -al menos en materia de denuncias- a este lado de la cordillera. En Argentina, donde también conocen de delitos de secuestros -principalmente el «exprés»- hoy también se enfrentan a determinados casos de estos delitos, vinculados al crimen organizado.
Según la caracterización que hace el propio gobierno argentino, en el contexto del plan de abordaje contra el crimen organizado, «en Argentina no se registra un predominio de grupos internacionales de gran envergadura (como los denominados ‘carteles’), sino que, en su lugar, existen múltiples organizaciones de carácter local, algunas de las cuales combinan actividades lícitas e ilícitas, con eventuales conexiones internacionales«.
Según detallan, dichas organizaciones se dedican, mayormente, al tráfico de mercancías ilícitas -drogas, armas- de las que obtienen «cuantiosas ganancias a través de la colocación de dichos productos en mercados ilegales y legales ubicados en centros urbanos».
En agosto del año pasado, se registró un hecho llamativo: una familia colombiana fue secuestrada durante ocho días, y se llegó a pedir 10 millones de dólares por su rescate.
Producto del hecho -de donde lograron salir con vida-, hubo 11 detenidos –colombianos que habían llegado a Argentina a ejecutar el plan-, incluyendo a dos expolicías. Se trató de un caso de «venganza»; un secuestro por encargo, a raíz de una presunta estafa que había protagonizado la víctima en Colombia, por el negocio de criptomonedas; aunque el hombre afirma que su moneda se devaluó y el negocio fracasó.
Otros casos similares, incluso vinculados a mafias chinas, también se han registrado en el país vecino. Se trata de una señal de la exploración que estos grupos trasnacionales han comenzado a ejecutar y que reviste un carácter más complejo y peligroso que el secuestro exprés, que hoy ya no alcanza el peso que tuvo hace una década en Argentina, pero que sigue siendo la «modalidad prevalente» de este tipo de ilícitos.
Para revisar la evolución de los secuestros en Argentina, hay que remontarse a la década de 1970, donde emergió una racha de secuestros por parte de guerrilleros que obtenían grandes sumas de dinero por el rescate de las víctimas. Según consigna Insight Crime -portal especializado en análisis del crimen organizado-, «pese a que los grupos insurgentes desaparecieron, los secuestros continuaron, incluso se convirtieron en una economía criminal especializada a comienzos del nuevo siglo».
Fue entre 1998 y el 2002, durante la peor década financiera en Argentina, donde los secuestros se incrementaron. Una investigación titulada «Secuestro extorsivo en la República Argentina», dirigida por Adrián Marchisio, sostiene que «el fenómeno de los secuestros extorsivos —tanto en su modalidad de secuestros exprés como de secuestros extorsivos— se ha manifestado, cuantitativamente hablando, a partir del año 2002». Si bien no hay cifras oficiales disponibles, según Santiago Marquevich, fiscal jefe de la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (Ufese) -creada en 2016 para combatir estos delitos-, se estima que en 2003, hubo unos 600 de estos casos.
En conversación con Emol, Pilar Lizana, analista internacional de AthenaLab, comenta que en Argentina los secuestros emergieron «al mismo tiempo que se deterioraba la economía, por lo tanto, se transformó en una actividad informal en medio del desempleo y de falta de oportunidades. Era, como una economía informal, una fuente de ingresos».
Las cifras de Ufese dan cuenta que hacia 2012, cuando la economía una nueva baja, las cifras de los secuestros volvieron a aumentar, dejando atrás las operaciones sofisticadas, e intensificándose en su versión exprés. Esto es, el aumento de grupos que elegían a sus víctimas al alzar, con poca organización previa, y que las retenían por poco tiempo. En 2015, se registró el peak, con 294 de estos episodios.
Tal como muestran las cifras, con el avance de los años, los secuestros comenzaron a bajar, «pese a que la economía, por decirlo de algún modo, sigue en la UCI», dice Lizana. «Hoy, en Argentina hay limitaciones para sacar dinero de los cajeros automáticos, la moneda está devaluada, entonces al final del día el secuestro exprés ya no es tan rentable, y se comenzó buscar otras opciones, como los delitos asociados a las drogas, que mantienen su valor en el tiempo», agrega la experta.
Por su parte, Carlos Silva, criminólogo y profesor de la Facultad de Derecho UNAB, sostiene que otro factor que puede incidir en la baja de los secuestros exprés, pese a la crítica situación económica del vecino país, dice relación con que el «Estado argentino, a través de su Gobierno, ha implementado una cantidad de subsidios impresionante; la crisis la aplacaron así«. Por eso, y considerando la devaluación de la moneda, «el incentivo para cometer estos delitos, hoy es muy bajo».
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