El Sur | Reflexiones en torno a la migración
Rosa Hernández Montecino, académica de la carrera de Terapia Ocupacional de la UNAB, sede Concepción, aborda este tema de actualidad y relevancia para la sociedad.
«Reflexiones en torno a la migración», es la columna escrita por Rosa Hernández Montecino, académica de la carrera de Terapia Ocupacional de la UNAB, sede Concepción, publicada en Diario El Sur.
Las personas han migrado siempre, un proceso antiguo donde las personas se movilizaban para buscar mejores lugares de caza, refugio, etc.
Migrar es casi inherente al ser humano, pero ¿cómo es que actualmente se ha construido malestar social en torno a la migración?
Políticas públicas insuficientes, la influencia de los medios masivos de comunicación con connotaciones más negativas que positivas.
La exposición constante a experiencias negativas en algunos territorios más afectados por la migración, con conflictos en estos espacios, han reforzado la existencia de múltiples creencias, prejuicios y discriminación en torno a la migración y a las personas migrantes.
Pero la migración en su esencia nos debería nutrir como sociedad, aportar al entramado social, conocer otras realidades, culturas, incluso en aspectos de económicos, si es que se quiere analizar ese ámbito.
La migración debe ser mirada como un fenómeno sociopolítico, donde ocurren sistemáticas vulneraciones de Derechos Humanos, que dependen del país de origen y el país de destino.
Migración ¿Es una decisión fácil?
No, si consideramos que es un proceso de cambios, de duelos y adaptación.
Quienes lo hacen argumentan la búsqueda de trabajo como la principal razón y, en su mayoría, experimentan vulnerabilidad social, con malas condiciones de vivienda, barrios con violencia.
Muchos con trabajos precarios, sin el derecho de vivir en familia, de participar socialmente de manera digna, con escasas redes comunitarias, públicas y privadas.
¿Estos problemas afectan solo a quienes migran?, si consideramos que no vivimos aislados, que no somos seres individuales sino sociales, esas problemáticas también son nuestras, y ante eso ¿desde dónde miraremos la realidad de la migración?
¿Cómo un derecho?, ¿desde un aporte a lo sociocultural?, ¿cómo un conflicto entre personas?, serán respuestas que debemos decidir como sociedad ante una realidad que no podemos negar.
Considero que es necesario mirar las vulneraciones, las construcciones sociales que generan malestar, enfrentándolas como una sociedad que valora la diversidad, con prácticas interculturales en esos territorios afectados por las decisiones estructurales.