25 Noviembre 2025

El Rancagüino | Columna de opinión: Día de la Educación Parvularia

Carmen Gloria Garrido, directora de la Escuela de Educación de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar, abordó la importancia de las infancias en el Día de la Educación Parvularia.

En una columna publicada por El Rancagüino, la directora de la Escuela de Educación de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar, Carmen Gloria Garrido, abordó la conmemoración del Día de la Educación Parvularia.

La académica señaló que «vivimos un tiempo que parece haber extraviado su infancia. Entre la prisa, la productividad, las pantallas y el mandato permanente de “aprender algo”, la niñez se ve desplazada por un discurso que confunde desarrollo con rendimiento y curiosidad con eficiencia».

La niñez pierde la posibilidad de hacerse infancia, pierde ese espacio donde preguntar no es medir, donde jugar no es entrenarse y don- de imaginar no es producir.

«La infancia, entendida no como una etapa biográfica sino como una forma de estar en el mundo, se ha vuelto un territorio cercado. La vida de muchos niños está atravesada por exigencias que clausuran su tiempo propio», explicó Garrido.

La académica añadió que «en ese tránsito, se desvanece aquello que el escritor Michael Ende llamaba ‘reserva vital de infancia’: un tiempo de inutilidades fecundas, de conversaciones sin propósito, de inventos y de risas que no buscan utilidad».

«Ende lo sabía bien cuando escribía que procuró no convertirse en ese adulto ‘mutilado, desencantado y banal’ que solo confía en los hechos. Creía también que los grandes filósofos no hicieron más que volver una y otra vez sobre las preguntas esenciales de los niños», explicó Garrido.

Finalmente, la experta señaló que «el desafío contemporáneo es precisamente proteger la infancia, no solo de los niños y las niñas, sino que también la nuestra, antes de que la aceleración y la utilidad ocupen todo».

«Recuperar esa reserva perdida que permite que la vida aún pueda sorprenderse, preguntar, detenerse y, de vez en cuando, volver a danzar sin miedo a que alguien nos pregunte cómo movemos cada uno de nuestros pasos», sentenció Garrido.

Puedes leer la columna completa en este enlace.