El Mostrador | Los desafíos que plantea el segundo cáncer más letal para las mujeres en Chile
Cecilia Garrido, académica de Obstetricia de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar, abordó la importancia de la matroneria en la prevención del cáncer cervicouterino.
En Chile, el cáncer cervicouterino continúa siendo una de las principales causas de muerte por cáncer en mujeres jóvenes, con más de 1.500 nuevos diagnósticos y cerca de 600 fallecimientos al año.
A pesar de que se trata de una enfermedad altamente prevenible, las cifras son altas: el 70% de las mujeres no se realizó el examen Papanicolaou en 2023, y un 20% nunca se lo ha hecho. Frente a este escenario, la labor de las matronas y matrones se vuelve fundamental.
A pesar de que el cáncer cervicouterino es altamente prevenible, las cifras nacionales siguen siendo preocupantes: el 70% de las mujeres no se realizó el examen Papanicolaou en 2023, y un 20% nunca lo ha hecho.
Frente a este panorama, la labor de las matronas y matrones es fundamental. “La matronería no solo trabaja en el ámbito clínico, sino también en el comunitario, educando, acompañando y empoderando a las mujeres en cada etapa de su vida”, explica Cecilia Garrido Miranda, académica de Obstetricia de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar.
Desde 2024, Chile incorporó la vacuna nonavalente Gardasil 9, que protege contra nueve tipos de VPH y se aplica gratuitamente a niñas y niños de 4° y 5° básico. Aun así, la cobertura nacional aún no alcanza el 90% recomendado por la OMS.
“La vacuna no reemplaza los controles ginecológicos, pero fortalece la prevención primaria. La combinación de vacunación, Papanicolaou y educación comunitaria puede evitar hasta el 75% de las muertes por cáncer cervicouterino”, agrega Garrido.
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