El Mostrador | La cultura de la violencia de la escuela líquida
Eliseo Lara, docente y director del Programa de Pedagogía en Educación Media de UNAB, sede Concepción, abordó los problemas que aquejan a profesores en diversos hechos ocurridos en el país.
El sociólogo francés François Dubet hace ya varias décadas escribió una pieza fundamental para entender la actual crisis social que tienen los diferentes aparatos institucionales que reglan la cultura.
En “El declive de la institución” aborda los cambios que tres pilares de la República sufren con las crisis.
Uno de ellos es la pedagogía, pero particularmente el representante físico de ese aparato institucional: el profesor o la profesora.
Esta crisis consistente con la pérdida de autoridad de quien la ejerce en el aula es sólo una parte de las múltiples problemáticas que estamos viendo a diario que ocurren en los establecimientos escolares.
Agresiones de alumnos/as y apoderados a docentes y viceversa se está haciendo común en la agenda noticiosa.
Mientras unos apelan a leyes que sigan bajando la responsabilidad penal y/o normativa de la niñez y adolescencia.
Otros creen que decretando con leyes la definición de lo que es una sana convivencia se pondrá fin al problema.
Cultura y trabajo docente
No obstante, quienes nos dedicamos a los fenómenos culturales y educacionales sabemos que eso es letra muerta si no hay un plan de implementación efectiva y prolongada (al menos de 8 años, como muestra la evidencia científica), no habrá cambios.
No es un proceso breve como quisieran algunos, al contrario, es largo y económicamente muy costoso.
Pero hoy estamos haciendo decretos y leyes, normas y protocolos todas las semanas, las mismas que se han convertido en un agobio extra al ya reglado trabajo docente, donde cada hecho noticioso activa un nuevo decreto, norma o circular ministerial.
Esto evidencia dos cosas, por una parte, lo reactivo del sistema y por ende su nula preparación y creación de condiciones efectivas de prevención.
Por otra, un profundo desconocimiento de la realidad diaria que se está viviendo no en el colegio, sino en las comunidades, entiéndase por estas, poblaciones, comunas y pueblos rurales.