11 Agosto 2025

El Mostrador | Hongos adaptógenos: ¿Beneficios reales o moda sin respaldo científico?

El director de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello, Fernando Torres, abordó la tendencia de los hongos adaptógenos y su validez científica.

Reducir el estrés, fortalecer el sistema inmune, mejorar la memoria y hasta favorecer la regeneración neuronal. Los hongos adaptógenos prometen todo eso y más. Pero ¿Qué tan cierto es? ¿Y qué riesgos existen al consumirlos sin una indicación profesional?

Fernando Torres, toxicólogo y director de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello, explica que estos hongos pertenecen a un grupo específico que contiene compuestos bioactivos capaces de ayudar al organismo a adaptarse al estrés físico, emocional y ambiental. “Su nombre proviene de su capacidad para promover el equilibrio (homeostasis) sin generar efectos secundarios significativos”, indica.

El concepto de adaptógeno fue desarrollado en la Unión Soviética por los científicos Nikolai Lazarev e Israel Brekhman entre las décadas de 1940 y 1950. Para ser considerado como tal, un compuesto debe cumplir tres condiciones: aumentar la resistencia inespecífica al estrés, tener un efecto normalizador sobre las funciones fisiológicas y ser inocuo.

¿Qué dice la ciencia?

Torres asegura que sí existe evidencia que respalda varias de las propiedades atribuidas a estos hongos. Sin embargo, advierte que muchos estudios son aún preliminares o provienen de la medicina tradicional china y japonesa, por lo que se requiere validación a través de estudios clínicos más sólidos en occidente.

Los efectos suelen ser suaves y acumulativos, y dependen tanto de la dosis como de la calidad del extracto.

Pueden ser un complemento útil, pero nunca un reemplazo de tratamientos médicos convencionales.

¿Cómo actúan los hongos en el cuerpo?

El académico de la UNAB explica que una de las principales características de los hongos adaptógenos es que no estimulan directamente al organismo, sino que lo regulan. A nivel del sistema inmune, modulan la respuesta según se requiera: si está debilitada, la potencian; si está sobreactivada, la moderan.

“Entre los compuestos responsables de esta acción están los beta-glucanos, los triterpenoides y los polisacáridos-proteínas, que pueden estimular la producción de anticuerpos, mejorar la defensa frente a infecciones y reducir inflamación crónica”, añade Torres.

También aclara que a nivel del sistema nervioso favorecen la producción del factor de crecimiento, que es clave para la regeneración neuronal y la plasticidad cerebral, lo que explicaría sus efectos en la memoria, la concentración y la reducción del estrés y ansiedad.

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