El Mostrador | Fonoaudiología para bebés prematuros: voces que nacen antes de tiempo
Yolanda Maldonado Aguayo, directora de Fonoaudiología de Universidad Andrés Bello, sede Concepción, relevó el trabajo profesional en beneficio de quienes llegan anticipadamente al mundo.
Cada año, miles de bebés nacen prematuramente, antes de completar las 37 semanas de gestación.
Estos niños, a menudo, requieren cuidados intensivos en sus primeros días o semanas de vida. Sin embargo, el desafío no termina con su alta médica.
La intervención temprana, especialmente en el campo de la fonoaudiología, es relevante para su desarrollo integral.
Los bebés prematuros enfrentan dificultades debido a la inmadurez de sus órganos y sistemas, lo que puede afectar su capacidad de succionar, deglutir y respirar, así como el desarrollo del lenguaje y la audición.
Un seguimiento fonoaudiológico adecuado permite identificar estos problemas de manera temprana y brindar el apoyo necesario para una evolución favorable.
El rol en los bebes prematuros
Desde los primeros días de vida, la fonoaudiología tiene un papel clave en la evaluación y apoyo de la alimentación segura.
La descoordinación en la triada succión-deglución-respiración puede comprometer tanto la seguridad alimentaria como el bienestar general del bebé.
Este enfoque no solo asegura una ingesta eficiente, sino que también contribuye a evitar complicaciones graves, como la aspiración de leche, y favorece la lactancia materna al detectar y tratar problemas de acople, interferido por alteraciones anatómicas como por ejemplo el frenillo corto.
El seguimiento también se extiende a la estimulación del lenguaje y la detección temprana de posibles déficits auditivos.
A nivel global, se recomienda la implementación de screening neonatal universal para la detección de pérdidas auditivas a través de emisiones otoacústicas, un examen breve, no invasivo y objetivo.
La función del fonoaudiólogo
Aunque en Chile esta práctica no es universal, existe una política pública que garantiza su acceso a bebés prematuros de menos de 32 semanas o 1.500 gramos al nacer, lo que constituye un avance importante para mejorar la atención de este grupo vulnerable.
El trabajo de los fonoaudiólogos optimiza las habilidades comunicativas y mejora la calidad de vida de los niños y sus familias.
La participación activa de los padres en el proceso de seguimiento es fundamental. Observar cómo succiona, cómo responde a sonidos o cómo se comporta durante el llanto, puede ofrecer valiosa información sobre el desarrollo del bebé.
Estimular el lenguaje a través de juegos, cantos y contacto visual también es una forma eficaz de fomentar su crecimiento.
Cuando los padres tienen dudas, deben consultar a un fonoaudiólogo especializado, quien puede brindar orientación o realizar una evaluación a tiempo.
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