El Mostrador | Columna de opinión: El estrés laboral que nos está matando y la Navidad como factor protector o causa de más sufrimiento
El profesor y director del MBA de la UNAB, Jesús Unanue, reflexiona sobre cómo abordamos las fiestas de fin de año en medio de las exigencias del día a día.
La modernidad ha traído consigo innumerables beneficios para el ser humano, pero junto con ello también algunas perturbaciones que se observan en lo cotidiano. Una de estas es la carga, a veces extenuante, que exige el trabajo. El profesor y director del MBA de la Facultad de Economía y Negocios de la UNAB, Jesús Unanue, ilustra esta situación en una columna de opinión escrita para El Mostrador. Se refiere a lo que se conoce como estrés laboral crónico.
«El fenómeno llamado Karoshi – o muerte por exceso de trabajo – está acreditado en Japón hace casi 5 décadas. Se estima que decenas de miles de personas fallecen al año por este factor, estrechamente relacionado al estrés. Lamentablemente, este problema no es solo del mundo oriental. Jeffrey Pfeffer, profesor de la Stanford Graduate School of Business, publicó hace pocos años su best seller “Dying for a Paycheck” (o “Muriendo por el sueldo de fin de mes”), en el que estima que factores laborales causan más de 120 mil muertes al año y pérdidas de 300 billones de dólares en EE. UU. Además, la Gallup Organization revela que entre el 40% y 50% de los trabajadores globales experimentan altos niveles de estrés diario. En Chile, esta cifra alcanza cerca del 45%, reflejando la alarmante prevalencia del estrés laboral en el país y el mundo», ha escrito el profesor Unanue.
Para el académico de la UNAB, el estrés laboral crónico, normalizado en la vida moderna, no es solo un problema individual, sino de política pública.
«La evidencia muestra que afecta los sistemas inmunológico, cardiovascular y respiratorio, deteriorando la calidad y la esperanza de vida. Además, es el principal detonante del burnout, síndrome de agotamiento extremo que impide disfrutar de la vida cotidiana y reduce la energía vital», dice.
Es por ello, que el profesor Unanue reflexiona en torno a lo que se espera de las fiestas de fin de año en medio de la situación de exigencia cotidiana del trabajo.
«Hace más de 20 años, Tim Kasser y Ken Sheldom escribieron su famoso paper “What Makes for a Merry Christmas?” (“¿Qué hace que una Navidad sea feliz?”). En él examinaron diferentes tipos de experiencias y actividades navideñas de adultos, explorando sus relaciones con la satisfacción vital y el estrés (entre otras variables). Se encontró que las experiencias familiares y de consumo consciente eran grandes predictores del bienestar emocional y la felicidad. Por el contrario, cuando predominaban los aspectos materialistas de las celebraciones navideñas modernas tales como gastar dinero y recibir regalos, se reportaba mayor malestar emocional y más infelicidad», argumenta.
Puedes leer la columna completa en este enlace.