El Mercurio | Tabaquismo y estrés agudizan riesgo de sufrir infarto en la juventud
Claudia Unda, docente de Medicina de la UNAB, sede Concepción, se refiere a los problemas que surgen, sobre todo en hombres menores de 40 años, por diversos factores que inciden en problemas cardiovasculares.
La obstrucción de una arteria es mucho más que una piedra en el camino de la vida. De hecho, no actuar a tiempo frente a la emergencia puede ser fatal. Por eso, los médicos han puesto la lupa sobre la juventud que mantienen hábitos poco saludables.
Todo indica que el consumo de tabaco a temprana edad genera complicaciones cardiovasculares. Además, los factores genéticos, el colesterol alto y los antecedentes familiares de cardiopatía coronaria también son determinantes para la salud.
Juventud varonil «en alerta»
También surgen la hipertensión, la diabetes y el estrés influyen con mayor fuerza en los hombres jóvenes que en las mujeres jóvenes.
Claudia Unda, académica de la Universidad Andrés Bello y médico familiar especialista en cardiología, también enciende las alarmas: «cada vez se presentan más casos en menores de 40 años», dijo.
«Esto se debe a que uno de cada tres personas mayores de 23 años son hipertensas sin saberlo, por la comida chatarra, la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo, el estrés emocional, el uso de drogas prohibidas, el consumo excesivo de alcohol, el consumo alto de azúcares, el aumento de la lipoproteína A y ahora está en estudio la relación con el covid y las dietas de ayuno intermitente», afirma.
Pronóstico y prevención
Para los jóvenes que han sufrido un infarto, el pronóstico a largo plazo incluye un alto riesgo de insuficiencia cardíaca, nuevos infartos y arritmias.
Por eso, la doctora Claudia Unda recomienda controles frecuentes con un cardiólogo, idealmente cada 3 o 4 meses, y rehabilitación cardíaca supervisada por un equipo kinesiológico.
Además, invita a realizar ecocardiogramas, llevar una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y eliminar factores de riesgo como el tabaquismo y el estrés.
«Estos controles cardiovasculares deben comenzar a partir de los 35 años en personas sin factores de riesgo.
El chequeo preventivo es clave ya que permite medir los factores de riesgo y tratar a tiempo.