El Mercurio | Mujeres y movilidad social: avanzan en educación, pero pierden terreno en salud y seguridad
Según un nuevo informe del Estudio UNAB de Movilidad Social Multidimensional, las mujeres alcanzaron un 8% de movilidad social en una generación, mientras que la de los hombres llega al 15,9%.
Más mujeres en las aulas y en altos cargos, pero también experimentando mayor vulnerabilidad en calles y en su acceso a la salud. Así, con diversos contrastes, la movilidad social femenina en Chile es escenario de avances y retrocesos.
Así lo plantea un estudio del Instituto de Políticas Publicas de la U. Andrés Bello, que analizó la evolución intergeneracional -el cambio en la posición económica o social de una persona o grupo dentro de la comunidad-, y evidenció que las brechas con los hombres no solo persisten, sino que en algunos casos se han ampliado: si, en promedio, la población femenina logró una movilidad de un 8% en una generación, a nivel masculino fue de 15,9%.
Las mayores desigualdades se evidencian en el acceso a la salud, donde un 36,1% de las mujeres mostró movilidad ascendente, frente a un 44,6% de los hombres. En vivienda propia, apenas un 20,5% de las mujeres mejoró su situación respecto de sus madres, pero un 29,2% experimentó un retroceso, lo que supera el 24,6% de los hombres en la misma condición.
También se denota el deterioro en la seguridad en los barrios, ya que las mujeres perciben una mayor sensación de inseguridad.
Conciliación de trabajo y familia
El informe, cuyos resultados serán analizados este jueves en un conversatorio en el campus Casona de Las Condes, analizó la correlación entre movilidad social y factores como la participación laboral y la estructura familiar. Encontró que las mujeres que no trabajan, viven con su cónyuge o tienen hijos, cuentan con una mayor probabilidad de presentar movilidad descendente en múltiples dimensiones.
A juicio de Raúl Figueroa, director ejecutivo del instituto a cargo de la investigación: «en la medida que se diseñen instrumentos que permitan identificar con mas claridad la evolución de distintas personas, y específicamente en este caso de las mujeres, se puede también focalizar de mejor manera la política».
El exministro de Educación (2020-2022) apunta que «en la medida que el crecimiento se estanca, se estanca también la movilidad social y se amplifican también las brechas».
«No ha cambiado la expectativa sobre su rol en la maternidad. Ello genera las conocidas dificultades de conciliación laboral-familiar que, en definitiva, acaban disuadiendo a tantas mujeres de seguir participando en el mundo del trabajo, estancando su movilidad social», observa María José del Solar, docente investigadora de Faro UDD.
En contraste, el nivel educativo y la ocupación fueron las únicas áreas donde las mujeres lograron cerrar brechas intergeneracionales con los hombres. Mientras que en la generación anterior solo un 37,2% de ellas tenía educación media completa o superior, en la actualidad un 80% ha alcanzado ese nivel. En el ámbito laboral, la proporción femenina en ocupaciones de mayores ingresos pasó de un 4,7% en la generación anterior a un 25,7% en la actual.
Espacios mas difíciles de abordar
La antropóloga Herminia Gonzálvez, académica de la U. Central, sostiene que la movilidad social se ve mermada debido a «la sobrecarga en las mujeres y que los trabajos de cuidado no remunerados dificultan asumir o tener trayectorias de vida que te permitan, por ejemplo, desarrollar las laborales«. Indica que «los espacios de movilidad social son más difíciles de ser abordados por mujeres debido a todas las responsabilidades que, incluso físicamente, recaen sobre ellas«.
Mientras, la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, indica que «avanzar en movilidad social implica sacar adelante políticas que mejoren el acceso a servicios fundamentales, como la salud. En esta línea, una de las principales iniciativas impulsadas por el Gobierno ha sido Copago Cero».