El Mercurio | Menor crecimiento y deterioro del mercado laboral golpean el “retorno educacional”
Con el fin de intentar comprender este fenómeno, el Instituto UNAB de Políticas Públicas elaboró un informe que concluyó que el nivel y la calidad del mercado laboral se encuentra directamente correlacionado con el desempeño económico del país.
Según un estudio del Instituto de Políticas Públicas de la UNAB, el nivel y la calidad del mercado laboral se encuentran directamente correlacionados con el desempeño productivo del país.
En los últimos años, ha surgido un debate sobre si la educación superior sigue siendo una herramienta de movilidad social y si cumple con las expectativas de mejorar la calidad de vida de quienes acceden a ella. Se plantea que ha aumentado la subocupación (ocupación por debajo de las calificaciones obtenidas) y que ha caído el premio salarial (el salario que reciben los egresados de educación superior por sobre quienes tienen un menor nivel educacional). Un análisis de Clapes UC advirtió que los subocupados que acceden a la educación superior y no finalizan sus estudios ganan, en promedio, igual o menos que quienes solo terminaron cuarto medio.
En ese sentido, se ha argumentado que la promesa de una mejor calidad de vida no se ha cumplido por la masificación de la educación superior. Sin embargo, un estudio del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello (UNAB) rebate esta tesis y sostiene que el nivel y la calidad de empleo se encuentran directamente correlacionados con el desempeño económico del país. Se concluye que la causa principal de la caída en el retorno educacional (empleabilidad e ingresos de egresados) no es la masificación ni una disminución en la calidad de la educación superior, sino el empeoramiento del mercado laboral debido a una disminución del crecimiento.
Masificación de la educación
Según el análisis de la UNAB, Chile ha experimentado una masificación en el acceso a la educación superior en las últimas décadas, pasando de un 15,3% de cobertura bruta en 1990 a un 65,1% en 2022, en personas entre 18 y 24 años. Este crecimiento ha sido más significativo en los sectores de bajos recursos, donde el primer quintil de la población ascendió de un 4% a un 37,7% de cobertura neta en el mismo período.
Se destaca que esta masificación de la educación terciaria ha impulsado una mayor empleabilidad y de mejor calidad entre sus egresados. Según la última Encuesta Nacional de Empleo del trimestre móvil febrero-marzo-abril de 2024, la tasa de ocupación de quienes cuentan con un nivel educacional técnico superior es de 69%, de un 66% para quienes alcanzan un grado universitario y de un 88,2% para quienes tienen un posgrado. Esta realidad contrasta con la tasa de ocupación de quienes llegan hasta la educación básica (40,8%) o media (54,1%).
Para quienes solo tienen educación básica, la tasa de empleo informal llega al 51.3%, y al 32,7% para quienes tienen educación media. Por el contrario, para trabajadores con educación técnica, universitaria o posgrado, la informalidad laboral se reduce a un 18,7%, 15,6% y 10,3%, respectivamente.
No obstante, se advierte que en los últimos años ha aumentado la subocupación de los profesionales chilenos y también se ha evidenciado una disminución en su premio salarial. En este escenario, la investigación asegura que el nivel y la calidad del empleo se correlacionan con el desempeño económico del país.
El estudio analiza la desaceleración del crecimiento económico del país en los últimos años, donde se pasó de una variación real del 9,2% en 1995 a un 3,9% en 2018 y a un 0,2% en 2023. En este contexto, el informe calculó la capacidad de absorción del mercado laboral para mostrar la posibilidad del mercado de emplear a quienes entran a la fuerza laboral durante los últimos años y cómo esto se ha visto correlacionado con la variación del Índice de Actividad Económica Mensual (Imacec).
Se identificó una correlación positiva y significativa de 62% entre la variación del Imacec y la capacidad de absorción del mercado laboral, medida como la diferencia entre la creación de puestos de trabajo y los empleados potenciales. El informe cita lo ocurrido durante la crisis asiática en 1999, donde 183,1 mil personas entraron a la fuerza laboral y hubo una destrucción de 40,6 mil empleos, lo que generó un déficit en la capacidad de absorción de -223,7 mil, período donde la actividad económica tuvo una variación de -5% anual.
Impulso de la actividad
Además, se indaga en la relación entre el empleo asalariado y la actividad económica, los cuales se encuentran significativamente correlacionados, mostrando que cuando la actividad se ve perjudicada, el nivel de trabajo asalariado cae.
El director ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas UNAB, Raúl Figueroa, dice que los resultados de la investigación revelan los avances en cobertura y calidad de la educación superior en Chile durante las últimas décadas y muestran los beneficios tangibles para quienes egresan de ella. También destaca que «la alta correlación entre crecimiento económico y la capacidad de absorción del mercado laboral indica que los esfuerzos por ampliar la cobertura de la educación superior han sido positivos, y que el foco de la política pública debe estar en el crecimiento más que en limitar el acceso y la oferta educativa».
La investigadora y economista de la UNAB, Francisca Espinoza, afirma que «para que nuestro mercado laboral pueda absorber y ofrecer oportunidades pertinentes a todos los trabajadores de distintas calificaciones, es necesario que se impulse la actividad económica con una agenda procrecimiento sólida».
Carlos Williamson, investigador de Clapes UC, ha señalado que «parece urgente un mayor dinamismo de la economía para ampliar las fuentes laborales para trabajos más calificados».