El Mercurio | La organización efectiva dispone de materialidades y experiencias para el aprendizaje
Carmen Gloria Garrido, directora de la Escuela de Educación de la Universidad Andrés Bello, dice que toda acción que dé cabida a reflexionar sobra las experiencias, que provea espacios y escenas pedagógicas diversas para acoger, conversar, crear y escuchar, son valiosas
Se acerca la vuelta a clases y con ello viene el periodo de transición del periodo de vacaciones a la rutina escolar, donde los estudiantes deben planificar, también junto a sus padres, aspectos más prácticos como los materiales, el uniforme, y también los horarios de estudio, deporte y tiempo de ocio, e incluso la alimentación.
¿Cómo lograr una organización efectiva y que sea un proceso adecuado?
Carmen Gloria Garrido, directora de la Escuela de Educación de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello, señala que cuando se regresa de un periodo de receso escolar, como son las vacaciones, se espera que la organización provea espacios y tiempos de experiencias vinculantes con las historias de sus estudiantes.
“Hay una riqueza tremenda en lo vivido que es materia prima para la expresión de los alumnos, para la emoción, la convivencia y la comprensión de la diversidad de cada uno. Así se va dando sentido, y la planificación escolar debiese alinearse, ordenarse y disponerse para ello. Generar conversaciones, exponer experiencias, escribir de manera creativa, interesante, expresar lo que piensan y sienten los estudiantes e ir vinculando con las materias”, explica.
Añade que se trata de un tiempo de acomodación, pero también de acogida a un espacio distinto, con un orden distinto para la indagación, creación y construcción.