31 Julio 2023

El Mercurio | Fuerte incremento de la inflación durante los últimos meses impide alcanzar mejores cifras

Un análisis realizado por el Instituto UNAB de Políticas Públicas sobre los resultados de la Encuesta CASEN 2022, mostró que la tasa de pobreza por ingresos podría haberse reducido incluso a 4,3%, lo que habría implicado que cerca de 1 de cada 3 personas en situación de pobreza podría haber sido considerada no pobre.

El Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello analizó cómo el efecto de la inflación pudo haber impactado en que los resultados de la Casen 2022 pudieran haber sido mejores.
Francisca Espinoza, investigadora y economista del centro académico, sostiene que «la inflación golpea más a los hogares con menos ingresos, porque la proporción de gasto que destinan los hogares más vulnerables va mayoritariamente a divisiones como alimentos, que son productos que tienen un precio muy volátil y justamente en este período inflacionario tan fuerte que tuvimos, la variación del precio de los alimentos estuvo por sobre la variación del IPC general». De hecho, el análisis de la U. Andrés Bello señala que «la canasta básica de alimentos (CBA) que se utiliza dentro del cálculo de la línea de la pobreza en noviembre de 2022, tuvo un aumento de 27% en su valor respecto a noviembre de 2021 y de 30% respecto a 2020 (valor de la CBA en la Casen anterior), mientras que la línea de la pobreza aumentó en 17% respecto a 2021 y en 23% respecto a 2020». De esta forma, el estudio del Instituto de Políticas Públicas de la U. Andrés Bello sostiene que de no haber existido la alta inflación que ha afectado al país en los últimos años, el nivel de pobreza que detectó la Casen 2022 podría haber sido hasta dos puntos más bajo de lo i n f o r m a d o a y e r, l l e g a n d o 4,28%. El análisis proyectó un escenario para 2022 considerando que la línea de la pobreza hubiese crecido en su ritmo «histórico «, correspondiente a 3,7% anual.

De ser así, postula, la línea de la pobreza hubiese sido de $187.100, muy por debajo de los más de $216 mil donde se posicionó realmente. «Con esto, la tasa de la pobreza hubiera alcanzado un valor de 4,28% correspondiente a 850.832 personas bajo la línea de la pobreza, en comparación a los 1.292.521 que arrojó la encuesta Casen 2022. Es decir, sin los grandes aumentos de la inflación ocurrida durante 2022, un total de 441.689 personas no se encontrarían en situación de pobreza», concluye el estudio.
Con esos resultados en mente, el director ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas de la casa de estudios, Raúl Figueroa, menciona que si bien es importante relevar los buenos resultados que arroja la Casen 2022, también «es fundamental que ese resultado no desvíe la atención de ciertas políticas que siguen siendo muy importantes. ¿Cuáles son? Las políticas que apunten a un crecimiento sostenido y de largo plazo, y las que apuntan también a la generación de empleo formal.

Y junto con eso, políticas que mantengan la estabilidad de la moneda, en el entendido que la inflación es un flagelo que golpea con mucha más fuerza a las personas más vulnerables». «Si bien es muy valioso que existan políticas que apunten a la superación de la pobreza sobre la base de transferencias directas, no se puede desatender lo que dice relación con mantener una inflación baja y con generar crecimiento y empleo formal, porque esos son elementos que en el largo plazo permiten mantener los índices de pobreza más bajos. La preocupación que uno tiene es que todo se concentre en transferencias directas y se desatiendan políticas de largo plazo», afirma el también exministro de Educación.

Efecto PGU Otro de los factores que influyó, según el análisis de la UNAB, en el resultado de la Casen, es el efecto que tuvo para las personas mayores el pago de la Pensión Garantizada Universal (PGU) en 2022.
De acuerdo con el documento, el ingreso autónomo promedio per cápita (sin contemplar beneficios o subsidios), en hogares del primer decil con personas mayores de 65 años, corresponde a $29.870 en 2017 y $23.245 en 2022, mientras que el promedio general de los hogares de ese mismo decil es de $45.205 en 2017 y $35.992 en 2022.

Pero al compararlo con los ingresos monetario promedio per cápita contemplando los ingresos como la PGU, en los hogares del primer decil con personas mayores de 65 años, el monto aumenta en 2017 a $125.634 y en 2022 a $169.406, mientras que a nivel nacional aumenta en 2017 a $82.230 y en 2022 a $96.784.
Figueroa lo resume como que «los hogares que tienen personas mayores de 65 años se ven directamente beneficiados por la PGU, en términos de que los subsidios que reciben esos hogares son sustantivamente mayores a los que recibe el grueso de los hogares, y en particular esos hogares comparados con los años anteriores». Por su parte, Espinoza agrega que «la PGU hizo que los ingresos fuera mucho mayor al promedio nacional per cápita», y que «el índice de desigualdad entre los hogares del decil de menor ingresos con los del decil de mayor ingreso, disminuyó.

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