El Mercurio | El físico chileno que investiga la relación entre los rayos cósmicos y los terremotos en la Tierra
Un artículo publicado en El Mercurio da cuenta del trabajo de investigación desarrollado por el Dr. Jilberto Zamora, investigador del Centro Teórico Experimental de Física de Partículas (CTEPP) de UNAB, y miembro fundador del proyecto internacional CREDO, iniciativa que recientemente descubrió un vínculo entre la radiación cósmica y la sismicidad del planeta.
En el año 2010, un devastador terremoto de magnitud 8.8 sacudió la costa de la Región del Maule, Chile, marcando uno de los eventos sísmicos más fuertes desde el cataclismo de 1960 en Valdivia. Esa noche, el Dr. Jilberto Zamora, profesor e investigador del Centro Teórico Experimental de Física de Partículas (CTEPP) de la Universidad Andrés Bello, presenció un fenómeno inusual mientras la tierra temblaba: luces azules en el cielo.
Ese incidente fue el punto de partida para una investigación internacional denominada proyecto CREDO (Cosmic Ray Extremely Distributed Observatory), liderada por Piotr Homola, experto en rayos cósmicos del Instituto de Física Nuclear de la Academia de Ciencias de Polonia. La iniciativa cuenta con la participación de investigadores de 50 instituciones de 20 países, entre ellos el profesor Jilberto Zamora como miembro fundador y único chileno.
Los científicos del proyecto CREDO lograron descubrir una inédita correlación entre la radiación cósmica y los terremotos en nuestro planeta. La investigación se basa en la detección de rayos cósmicos, partículas subatómicas de alta energía que llegan a la Tierra desde el espacio. Estos rayos son desviados por el campo magnético terrestre y, a medida que interactúan con la atmósfera, se desintegran en rayos cósmicos secundarios que llegan a la superficie.
El estudio se centró en analizar datos de rayos cósmicos recopilados durante décadas en diversas estaciones de monitoreo y los comparó con la actividad sísmica de la Tierra. Sorprendentemente, se observaron anomalías significativas en el flujo de rayos cósmicos dos semanas antes de la ocurrencia de terremotos de magnitud cuatro o superior. Al respecto el profesor UNAB señala en el artículo:
Creo que el mayor impacto es que este descubrimiento prueba que los fenómenos naturales no ocurren de manera aislada, es decir, que es necesario un estudio multidisciplinario para explicar muchos de ellos.
Aunque este descubrimiento es significativo, aún no se puede predecir con precisión dónde o cuándo ocurrirá un terremoto. Los datos disponibles son de naturaleza global y no permiten predicciones locales. Para avanzar en la investigación, el equipo del Dr. Zamora, en el que también participan estudiantes, está desarrollando sus propios detectores de rayos cósmicos secundarios para aumentar la recopilación de datos en Chile.
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