El Mercurio | Expertos proyectan cambios que trae la PAES y desafíos que se imponen en educación superior
El director ejecutivo del Instituto UNAB de Políticas Públicas, Raúl Figueroa, participó en un encuentro organizado por el diario El Mercurio junto a rectores, autoridades y expertos educacionales.
“El Mercurio” reunió a rectores, autoridades y exencargados para analizar las modificaciones que se verán desde este lunes. También abordaron el término del CAE y la crisis de pedagogías.
En los últimos dos años, para ingresar a la universidad los jóvenes rindieron un examen transitorio, luego de que en 2019 se aplicara la última PSU, con la promesa de que se crearía una mejor fórmula.
Así, entre este lunes y miércoles, 275.085 inscritos darán la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES), la cual deja de lado las preguntas de contenido y se enfoca en las competencias, según sus creadores. Ad portas del cambio, “El Mercurio” reunió a ocho expertos —autoridades y exencargados del sistema de admisión— para abordar lo que ocurrirá con la PAES, pero también para delinear los desafíos de la educación superior.
“El trabajo es de larga data, traspasa varios gobiernos, y lo que hacemos es tomar esta posta y darle un sentido a la prueba, incluso incorporando elementos que facilitan o descomprimen el acceso. Hemos eliminado algunas restricciones de acceso (… ); tenemos dos pruebas al año, eso también es importante, hay una nueva escala de puntajes”, plantea la subsecretaria de Educación Superior, Verónica Figueroa.
Esta prueba, dice, “favorece una incorporación a una educación superior que tiene que transformarse en un espacio mucho más equitativo y diverso (… ). Se trata de un proceso que busca ser más justo, más humano”. Leonor Varas, directora del Demre, entidad que diseñó y está a cargo de la prueba, acota que “los cambios se dieron con mucho diálogo y en tres niveles: técnico, político y social. Hubo mucha conversación con los estudiantes y todo este resultado no son negociaciones, son diálogos de calidad.
Y es una virtud muy grande cómo eso se instaló en un momento tan crítico, en un país tan crispado”. Asegura que hoy existe “una mejor prueba, un mejor sistema, de mejor calidad, más justo y pertinente. Más humano y flexible”. Raúl Figueroa, exministro de Educación, añade que se buscó “poner al estudiante en el centro.
Son los estudiantes los que determinan los cambios, en términos de que había que hacerse cargo de un sistema que pusiera sus necesidades en el corazón del proceso, bajo dos líneas muy claras: ofrecerles un abanico de oportunidades más amplio e incorporar equidad en un instrumento que generaba ciertas distorsiones”. —¿Hubo alguna presión para que no se hicieran los cambios? “Más que presión, había una inercia muy fuerte que hacía que, para hacer los cambios, había que tener convicción y aunar voluntades”, postula el exsubsecretario de Educación Superior Juan Eduardo Vargas.
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