El Mercurio | Estos hábitos podrían fomentar la ocurrencia de pesadillas en la infancia
Pablo Johnson, académico de la carrera de Psicología de la U. Andrés Bello, sede Viña del Mar, abordó que implicancias tienen las pesadillas durante la infancia.
Que los niños despierten llorando en medio de la noche porque tuvieron pesadillas es una escena no tan infrecuente para algunas familias.
“Las pesadillas son sueños cargados de angustia. En ese sentido, se relacionan de manera relativamente directa con las experiencias cotidianas de cada persona y con su historia de vida, especialmente con aquello que toca sus miedos, ansiedades y preocupaciones”, explica Pablo Johnson, académico de Psicología de la U. Andrés Bello.
Además, el experto explicó que es común que un niño tenga pesadillas ocasionales, «aproximadamente una vez al mes, pero también puede ser esperable que en ciertos períodos ocurran incluso una vez por semana».
Johnson añadió que «más allá de la frecuencia, la preocupación surge cuando estas aparecen varias veces por semana, cuando generan miedo persistente a dormir o cuando se acompañan de cambios emocionales importantes».
Estudios longitudinales señalan que las pesadillas persistentes pueden asociarse a mayor vulnerabilidad emocional, por lo que es un signo clínico importante a considerar.
«Por último, es importante recordar que las pesadillas pueden expresar preocupaciones que los niños no han verbalizado. Abrir espacios para conversar, validar sus emociones y, cuando sea necesario, recurrir a profesionales de salud mental, permite acompañar su angustia a tiempo y fortalecer su sensación de seguridad», puntualiza Johnson.
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