El Mercurio | ¡Es el pragmatismo, estúpido!
La directora de Investigación de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello, Stéphanie Alenda, analiza los factores que inciden en la crisis que están atravesando las instituciones representativas tradicionales en muchos países del mundo
Es innegable que las instituciones representativas tradicionales están atravesando una crisis en muchos países del mundo, aunque no existe un consenso en la academia sobre su excepcionalidad o irreversibilidad. Este deterioro ha dado lugar a interpretaciones de tintes alarmistas sobre las disfunciones institucionales de regímenes en los que las élites ya no están actuando como garantes de las normas democráticas básicas.
La crisis es también palpable en los cuestionamientos al statu quo, en contextos donde se ha agudizado la percepción de las desigualdades sociales; en el declive sin precedentes dela participación electoral; el aumento de la desconfianza en las instituciones y los gobernantes; y la disposición de los electores a transgredir ciertos ideales democráticos cuando estos chocan con temas apremiantes, como el orden y seguridad, la inflación, o la inmigración.
Un reciente estudio mostró que incluso en Finlandia, una de las democracias más avanzadas del planeta, la ciudadanía estaba dispuesta a sacrificar los principios de la democracia un trade-off para conseguir objetivos de interés público (Saikkonen y Christensen, 2022).
Por supuesto, esta crisis tiene una magnitud variable en función delos países considerados, de lo que dan cuenta diferentes mediciones internacionales. El Democracy Index publicado anualmente por The Economist los regímenes políticos recurriendo a cuatro categorías que van desde las democracias “plenas” hasta los regímenes autoritarios. La ubicación en una categoría u otra aparece particularmente sensible a la contingencia política.
El fin de las restricciones ligadas a la pandemia explica así principalmente la reincorporación de Chile, Francia y España al listado de las democracias “plenas” y ya no “defectuosas”. En Chile, que integra el top ten de los mejores desempeños, incidió además la forma en que la cuestión constitucional fue procesada hasta la aprobación por el Congreso de la reforma que habilita un nuevo proceso constituyente. A pesar de este buen resultado, la política nacional no está inmune a los populismos y radicalismos de derecha o izquierda.