El Mercurio | En siete años subieron un 11,3% los hogares que han presenciado una balacera en el país
El Instituto de Políticas Públicas de la UNAB analizó los datos de Encuesta Casen 2022: En siete años subieron un 11,3% los hogares que han presenciado una balacera en el país.
Expresiones del crimen organizado como los narcofunerales, en que se realizan tiros al aire; y los enfrentamientos entre bandas rivales con alto poder de fuego por el control territorial.
También el alza sostenida de homicidios, los que, en su mayoría, se cometen con armas de fuego, podrían explicar por qué ha aumentado la cantidad de personas que declara haber presenciado una balacera o disparos en su entorno cercano.
Ese incremento es uno de los datos que arroja el resultado de la última Encuesta Casen, analizada por el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello (UNAB). Así, si en 2015 un 30% de los hogares decía haber presenciado durante el último mes alguna balacera o disparos, esa cifra subió en 2022 a 41,3%. Es decir, hubo un aumento de 11,3% en el período, lo que significa que el año pasado en más de dos millones 800 mil hogares alguno de sus integrantes declara haber observado un tiroteo.
Además, el estudio de la UNAB en materia de seguridad plantea que el fenómeno de la delincuencia «se estaría desplegando en todos los niveles socioeconómicos, convirtiéndose en un problema nacional». La investigadora y economista del plantel, Francisca Espinoza, que participó en la elaboración del análisis, explica que advirtieron que al ver la pregunta sobre si alguien del hogar ha presenciado algún hecho relacionado con delincuencia, «si bien disminuyó la cantidad de hogares carentes de seguridad de un 11 a un 10%, eso es porque solo se considera los hogares que `siempre’ presencian estos hechos, pero si hacemos el zoom a esta pregunta, y analizamos por categorías, por quintiles, la realidad nos muestra un problema». Ello, porque al revisar las categorías «muchas veces» y «pocas veces» se observa un alza, por ejemplo.
Exposición a violencia impacta en jóvenes
Para Raúl Figueroa, exministro de Educación y director ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas de la UNAB, también parte de la investigación, «la exposición a la violencia tiene un impacto muy fuerte en niños y jóvenes, e influye en su desarrollo conductual, emocional y académico.
Es sumamente grave que se aprecie que en algunos segmentos esa exposición se mantenga o aumente, porque existe una alta correlación entre dicha exposición y el desarrollo de fenómenos como ansiedad, depresión, conductas disruptivas y agresivas, ausentismo escolar, bajo rendimiento académico». Dice que, en esa línea, «lo preocupante» es que estos datos muestran que «un grupo importante de la población está expuesto a estos hechos de violencia.
Por lo tanto, esta exposición plantea factores de riesgo que deben ser identificados para diseñar políticas que eviten que se genere ese impacto negativo». Según expertos en materia de seguridad el informe, aunque «inquieta» da cuenta de una realidad que ya es conocida.
Expresiones de una criminalidad diferente
Daniel Johnson, director ejecutivo de fundación Paz Ciudadana, comenta que, «evidentemente, hay un temor hoy en Chile que es extremadamente alto, y eso puede estar aumentando porque estamos más expuestos a manifestaciones de una criminalidad diferente». Y explica que en la fundación se creó el Índice de Exposición al Crimen Organizado, y que este «trata de medir distintos parámetros que nos permiten dimensionar qué tan expuestos están los ciudadanos a estas manifestaciones». Y, agrega, este ha mostrado que «el nivel de temor que genera estar expuesto a una balacera es muy alto». Además, le preocupa que el análisis muestre «aumentos significativos en los últimos siete años en prácticamente todas las manifestaciones de inseguridad consultadas».
Tiroteos en «sectores acomodados»
Mientras que Daniel Rebolledo, investigador de Libertad y Desarrollo, plantea que «no deja de sorprender el aumento que han tenido ciertos fenómenos vinculados al crimen, como las balaceras o disparos, que han sido observadas en las cercanías de su barrio por al menos dos de cada cinco hogares del país.
Es el caso, también, del consumo de drogas, que ha afectado los barrios de tres de cada cinco hogares chilenos». En ese sentido, afirma, «llama la atención que, incluso en los barrios del quinto quintil, es decir, los más acomodados, prácticamente un tercio de sus hogares ha sido testigo de balaceras o disparos.
La instalación del crimen organizado ha permeado en prácticamente todo el territorio nacional». A su vez, Pía Greene, académica de la U.
San Sebastián, reflexiona que «esto tiene que ver no solo con el aumento en la disponibilidad de armas, sino también con la disposición con que estas se utilizan para cometer delitos violentos». «Y eso es súper claro –apunta-cuando vemos las cifras de aumento de delitos violentos, como los homicidios, que en gran parte se están cometiendo con armas de fuego».
Según el estudio, el año pasado más de dos millones 800 mil personas dijeron haber visto un tiroteo cerca de sus viviendas. Situaciones como esta cruzan hoy todos los grupos socioeconómicos.
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