22 Julio 2024

El Mercurio de Valparaíso | Columna de opinión: La ironía del voto voluntario en Chile

El decano de la Facultad de Economía y Negocios UNAB, Miguel Vargas Román, cita estudios que indican que la eliminación del voto obligatorio ha exacerbado la baja participación en las comunas más pobres, atribuyéndolo a factores como la percepción de ineficacia política y barreras logísticas. Además, señala que en sistemas de voto voluntario, los partidos tienden a enfocarse en las necesidades de los ciudadanos de mayores ingresos.

En una columna de opinión publicada en el diario El Mercurio de Valparaíso, Miguel Vargas Román, decano de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad Andrés Bello (UNAB)  analizó la situación del voto voluntario en Chile (aprobado en 2012 y revertido en 2022), a partir de las recientes declaraciones del diputado Gonzalo Winter y el exministro Giorgio Jackson, quienes argumentan que el voto obligatorio es «anti pobres» y que el Estado, en lugar de convocar a la ciudadanía, la reprime con multas.

El académico expresa que, durante su vigencia, el voto voluntario planteó importantes dudas respecto de la representatividad del sistema político chileno, a la luz de números como los de las elecciones municipales de 2012, proceso en el que la participación electoral fue de solo un 43% del padrón habilitado para sufragar.

Vargas Román también cita estudios que indican que la eliminación del voto obligatorio ha exacerbado la baja participación en las comunas más pobres, atribuyéndolo a factores como la percepción de ineficacia política y barreras logísticas. Además, señala que en sistemas de voto voluntario, los partidos tienden a enfocarse en las necesidades de los ciudadanos de mayores ingresos, lo que resulta en políticas que ignoran las preocupaciones de los sectores más desfavorecidos.

La máxima autoridad de la FEN también cuestiona la lógica detrás de la propuesta de Winter y Jackson de eliminar las multas para quienes no concurran a votar, planteando que sin incentivos, los ciudadanos, especialmente aquellos marginados, podrían no sentirse motivados a participar en un proceso que perciben como irrelevante.

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