El Mercurio | Cómo se debe actuar para disminuir el efecto de las islas de calor urbano
Profesora de Ingeniería UNAB, Raquel Jiménez, presentó estudio junto a investigadora de la UC, Magdalena Gil.
Durante el verano, se percibe con mayor rudeza que las temperaturas en las ciudades son más elevadas que en las áreas rurales. Esto se explica por un fenómeno denominado «efecto de isla de calor urbano», que, entre otras consideraciones, obedece al uso de superficies asfálticas y automóviles, a la falta de espacios verdes y el bloqueo del paso del viento.
Estas conclusiones son las que arroja el estudio «Cartografías de la exposición al calor en Santiago» de la profesora de la Facultad de Ingeniería de la UNAB, Raquel Jiménez, junto a Magdalena Gil, profesora de la Escuela de Gobierno UC, ambas también investigadoras del Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (Cigiden).
De acuerdo con una publicación del diario El Mercurio, la investigación revela la realidad de la exposición al calor en Santiago y las variaciones de temperatura en los barrios y también a escala de cuadras.
«Es súper importante entender dónde están esos puntos donde convergen las altas temperaturas con la población. El calor varía mucho en la ciudad debido a los materiales que componen el tejido urbano, de acuerdo a su capacidad de almacenar o reflejar el calor. Eso deriva en que nos encontremos con diferencias de temperatura de hasta siete grados cando malestares físicos en los usuarios», dice la profesora Jiménez.
El estudio indica que las comunas con mayor exposición no son exclusivamente las ubicadas en la zona norponiente de la Región Metropolitana, como Lampa, Colina, Renca, Conchalí y Pudahuel, sino que también existen focos de calor en sectores de Las Condes, Providencia y Ñuñoa. Explican que influye la materialidad de los edificios, el tránsito y la cantidad de gente que circula.
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