El Mercurio | ¿Cómo la biotecnología puede desarrollar soluciones para valorizar y reutilizar los residuos de la agroindustria?
Investigadores del Centro de Biotecnología de Sistemas y del Centro de Biotecnología Vegetal de la Universidad Andrés Bello integran conocimiento y tecnología de vanguardia para el desarrollo de nuevos productos o compuestos desarrollados a partir de residuos agroindustriales. Así, transforman los desafíos actuales en oportunidades sostenibles
La biotecnología es una forma innovadora de revolucionar la valorización de residuos, y en esa línea, la Universidad Andrés Bello (UNAB) ha puesto su conocimiento y tecnología para desarrollar soluciones que permitan transformar residuos agroindustriales en oportunidades sostenibles. Tarea clave en el marco de la Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos y el reciente proyecto de ley que el Ministerio de Medio Ambiente ingresó al Congreso, el cual busca promover el reciclaje de residuos orgánicos.
Un artículo publicado en el diario El Mercurio releva justamente las iniciativas que desarrollan el Centro de Biotecnología de Sistemas (CSB) y el Centro de Biotecnología Vegetal (CBV), ambos pertenecientes a UNAB, en el ámbito de la revalorización y reutilización de residuos agroindustriales.
Desde el CSB UNAB se destacan dos iniciativas. La primera de ellas tiene relación con el desarrollo de una innovadora técnica para convertir estos residuos en un valioso biofertilizante mediante la combinación de un método tradicional japonés denominado bokashi, con avanzada biotecnología.
La otra iniciativa destacada se llevó a cabo con la empresa Nueces del Choapa, productora, procesadora y exportadora de nueces de la región de Coquimbo. Utilizando las hojas del nogal y el pelón de la nuez, los investigadores del CSB aislaron un componente que la industria alimentaria puede emplear como preservante de alimentos con contenido graso como embutidos, hamburguesas y mayonesas.
La directora del CSB, Pilar Parada, señala: “Nueces de Choapa es una empresa mediana que puede convertirse en un ejemplo de simbiosis industrial y unirse a una cadena de valor más amplia. También es un ejemplo de cómo desde la universidad, trabajando en conjunto con la industria, podemos generar procesos de economía circular”.
Transformando desafíos en oportunidades
La industria agrícola, la fruticultura en particular, es clave para el país. Con ese foco, el Centro de Biotecnología Vegetal de la U. Andrés Bello busca contribuir desde la biotecnología a este sector. “Se trata de la creación de soluciones biológicas que transforman los desafíos actuales de la industria en oportunidades sostenibles, promoviendo, además, el desarrollo de investigación aplicada y la innovación de métodos y procesos desde la academia”, destaca el Dr. Ariel Orellana, director del CBV UNAB.
En esa línea, investigadores del centro participan, junto a la Universidad de Talca y la Universidad de Chile, en la iniciativa CHICOBIO (Chilean Fruits Cell Wall Components as Biotechnological Resources), proyecto Anillo de investigación apoyado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). Este tiene como objetivo la valorización de residuos de la agroindustria, y para ello, busca enzimas de frutos nativos para procesarlos, y así obtener ingredientes y compuestos útiles en las industrias de alimentos, fármacos y cosméticos.
Desde el laboratorio Mucilab del CBV UNAB, la investigadora Dra. Susana Sáez lidera una de las unidades que forman parte del proyecto CHICOBIO y destaca las proyecciones de esta iniciativa: “Estamos en el barrido a nivel bioquímico con varios residuos de frutas, como manzanas, peras y especies endémicas, como papaya, frutilla blanca y calafate. La idea es valorar macromoléculas, como los polisacáridos, que tienen relevancia para nuestra salud y volver a comerlos, por ejemplo, como suplementos”.
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