El Mercurio | Niños son los más afectados de la población por hacinamiento, seguridad social y educación
A partir de los resultados de la encuesta Casen 2022 dados a conocer por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello realizó una radiografía de la situación en que se encuentran los niños, niñas y adolescentes del país.
La Encuesta Casen 2022 invitó a una primera mirada positiva: la pobreza fue de 6,5%, el mejor registro en la bitácora. Ya al detenerse en las principales razones, eso sí, se atribuyó principalmente a las ayudas estatales impulsadas por la pandemia, mientras emergieron los distintos focos críticos que arrojó la muestra. Y allí, los menores de edad fueron señalados como el grupo etario en una peor condición. Con dicha inquietud, el Instituto de Políticas Públicas de la U. Andrés Bello hizo una radiografía con los datos de la Casen acerca del estado actual de los niños y adolescentes, en cuanto a sus condiciones vitales y socioeconómicas, y los distintos aspectos que los afectan en materia de pobreza. Entre los resultados, llama la atención que la pobreza por ingreso afecta al 10,52% de los menores, cuatro puntos por sobre el registro nacional.
Además, el 3,2% de ellos está en situación de pobreza extrema, a diferencia de la realidad del país, que es de 2%. Los niños y adolescentes «tienen una mayor tasa de pobreza y se encuentran proporcionalmente más en el primer y segundo quintil que lo que se encuentra la población nacional», resume el análisis.
Y las diferencias se extienden aún más al analizar la pobreza multidimensional y desglosar aquellos hogares sin niños de aquellos con menores: en los primeros aumentan los valores de adscripción al sistema de salud, atención en salud, ocupación, seguridad social, habitabilidad, apoyo y participación social, trato igualitario y seguridad. De hecho, una de las cifras más preocupantes es la de la habitabilidad.
Y es que, por ejemplo, en los hogares donde no viven niños, el 0,8% reside en condiciones de hacinamiento, mientras que en aquellos en que habitan menores la cifra aumenta a 10,5%. Los menores de edad también se encuentran en una situación delicada respecto de la seguridad social, pues sus hogares son seis puntos más pobres que aquellos donde solo hay adultos.
Lo mismo se puede ver en ámbitos educativos, uno de los ítems más críticos de la encuesta Casen (ver infografía).
«Es importante destacar que, a lo largo de los años, ha existido un considerable avance respecto de políticas que tienen como objetivo el mejoramiento de las condiciones en las que se desarrollan» los niños y jóvenes, pondera el análisis. «Sin embargo, el diagnóstico sigue siendo menos positivo para ellos (… ), por lo tanto, es necesario que la contingencia vuelva a poner en agenda las necesidades que viven los menores a lo largo del país, sobre todo en un contexto pospandemia, donde las peores consecuencias, en cuanto al desarrollo vital normal, fueron sufridas por ellos», concluye.
«Empobrecimiento de la familia»
El director ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas de la U. Andrés Bello, Raúl Figueroa, apunta que las cifras que muestra la última Casen son «particularmente preocupantes» en lo que a menores se refiere.
«Lo que muestran es, por un lado, que si bien existe una reducción de la pobreza, eso no se materializa con la misma fuerza en este segmento etario, que es prioritario para el desarrollo del país y ciertamente para el desarrollo integral de esos mismos niños», dice el también exministro de Educación.
«La llegada de un niño es un evento importante para toda la familia, y eso es por varias razones. Pero, en general, se da porque, lamentablemente, en nuestro país esto implica un empobrecimiento de la familia«, añade la académica de la U. Autónoma y extitular de Desarrollo Social Karla Rubilar.
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