El Mercurio| Boris Fiegeslist: Desafíos de la negociación constituyente
La labor que desarrollará el futuro órgano constituyente será clave para el futuro del país. Es por esto que en las próximas elecciones los ciudadanos tendrán que considerar no sólo las capacidades de los candidatos, sino su capacidad de diálogo y empatía para lograr acuerdos amplios. Sobre estos requisitos reflexiona el director de la carrera de Derecho de la sede Concepción Unab, Boris Fiegelist.
La labor que desarrollará el futuro órgano constituyente representa la negociación más compleja que como sociedad nos ha tocado enfrentar en las últimas décadas, pues el objeto de la misma es nada menos que el marco jurídico que orientará el desarrollo de Chile en los próximos cincuenta años.
La dificultad de dicho proceso, por una parte, radica en el hecho de que dicha negociación se llevará a cabo entre una multiplicidad de partes con agendas e intereses muy diversos; y, por otra, por el gran número y variedad de materias que deberán ser acordadas. Es un hecho de la causa que contra más partes participen en un proceso de negociación, más complejo será alcanzar un acuerdo.
Particularmente en la arena política, donde existen incentivos para que las partes se comporten estratégicamente y adopten posiciones duras; pues con ello, tal como lo afirma Lee Ross, los negociadores demuestran simultáneamente su dureza con sus electores o mandantes, apuestan por la simpatía de los terceros interesados; y, en algunas circunstancias, pueden intentar convencer a su adversario de subir la apuesta.
Asimismo, si los actores involucrados asumen posturas antagónicas, es muy probable que la incidencia de ciertos sesgos conductuales, tales como la devaluación reactiva (esto es, la tendencia de las personas a evaluar más negativamente una idea por el mero hecho de que provenga de quien perciben como su adversario) sesgo de la confirmación (que implica que los sujetos tienden a dar mayor peso a las ideas o argumentos que ratifican sus concepciones previas por sobre aquellas que las contradicen), induzcan a una mayor polarización de las posiciones de las diversas partes de dicho proceso de negociación.
ASPECTOS FUNDAMENTALES
Para sortear exitosamente las dificultades antes descritas, resultará clave el procedimiento para la toma de decisiones que establezca el reglamento de funcionamiento del futuro órgano constituyente, el cual debe contener los incentivos necesarios para fomentar la adopción de acuerdos lo más amplios posibles.
Asimismo, es fundamental que dicha normativa garantice una real y efectiva participación de los distintos actores de la sociedad civil, lo cual no puede limitarse al establecimiento de cuotas o escaños reservados, pues ello contribuirá a reducir el impacto del comportamiento estratégico y de los sesgos cognitivos antes descritos; ya que, por una parte, asegura que los constituyentes cuenten con una adecuado nivel de información; y, por otra, garantiza que dicho proceso se someta a un control efectivo de la sociedad.
Finalmente, estimamos que es fundamental que los ciudadanos al momento de elegir en mayo próximo a los miembros del órgano constituyente no solo tengan en consideración las ideas y preparación de los candidatos, sino también su capacidad de diálogo y empatía, pues dichos atributos serán claves para el éxito de la misión que deberá desarrollar la Convención Constituyente.