El Mercurio | Automedicarse para tratar de eliminar la tos puede traer más problemas que soluciones
El director de Química y Farmacia de la UNAB, sede Concepción, Mauricio Muñoz, abordó este tema explicando los pros y contras de ingerir remedios sin la supervisión médica y profesional.
La tos es un molesto síntoma respiratorio cuya presencia suele aumentar en época invernal.
De hecho, es un motivo de consulta frecuente, según los especialistas, sobre todo causada por resfriados, gripes o infecciones respiratorias superiores, aunque sus causas son múltiples.
Unas son secas y otras van acompañadas de expectoración. Algunas empiezan de forma súbita, pero desaparecen al cabo de un par de semanas o, en cambio, extenderse por meses.
Suelen interrumpir el sueño y alterar el descanso.
En personas con condiciones como asma o enfermedad pulmonar obstructiva (como EPOC), puede deberse a una exacerbación del cuadro.
En la búsqueda del alivio inmediato, los jarabes para la tos, fácilmente disponibles en farmacias, suelen ser la primera opción.
Sin embargo, aunque pueden ofrecer beneficios, implican riesgos importantes si se usan sin una adecuada orientación, como advierte Mauricio Muñoz, director de Química y Farmacia de la UNAB en Concepción.
Su uso en niños supone aún más precaución, enfatiza Muñoz.
“Diversos organismos de salud han advertido sobre los riesgos de administrar jarabes antitusivos a menores de seis años”, dijo.
Uso de jarabes para la tos
Mauricio Muñoz explica que los jarabes para la tos se dividen en dos grandes categorías.
Los antitusivos, que suprimen la tos seca, y expectorantes o mucolíticos, que facilitan la expulsión de secreciones.
Bien indicados, pueden mejorar el descanso nocturno, reducir el malestar y contribuir a una mejor recuperación.
Pero es clave usar el producto adecuado, enfatiza.
“Suprimir una tos con flema, por ejemplo, puede generar acumulación de secreciones y favorecer infecciones”, sostuvo.
“Por otro lado, utilizar expectorantes cuando no hay moco solo prolonga el tratamiento sin necesidad”, complementó.
Además, algunos principios activos pueden tener efectos secundarios: aquellos con codeína o derivados pueden causar somnolencia y dependencia, por ejemplo.
Por eso, su uso está contraindicado en menores y requieren receta médica.