El Mercurio| A partir de restos de cangrejos y moluscos de la pesca artesanal crean biofertilizante agrícola

A partir de los excedentes marinos de la pesca artesanal en la Región del Biobío, surge un proyecto familiar durante la pandemia para crear un biofertilizante agrícola. Utilizando restos de cangrejos y moluscos como materia prima, la iniciativa liderada por Tomás Roa busca dar un nuevo propósito a estos desechos. Tras experimentar con diferentes métodos de molienda, logran desarrollar un proceso eficiente para obtener el fertilizante. Con la colaboración de investigadores de la Universidad Andrés Bello, buscan validar su eficacia y cumplir con los estándares sanitarios para su comercialización.

Validación biofertilizante agrícola

El proceso de validación incluye pruebas en diversos cultivos como cerezos, frutales y hortalizas, así como análisis químicos para garantizar la calidad y homogeneidad del producto. Se están desarrollando dos formatos de biofertilizante: polvo para aplicación en el suelo y líquido para la aplicación foliar en plantas y árboles.

Se espera producir hasta dos toneladas diarias una vez que el proceso esté completamente establecido.

Además de su utilidad agrícola, el proyecto de Vinculación con el Medio busca promover la innovación y la sostenibilidad en la región, contribuyendo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la pobreza y el trabajo decente.

Además estudiantes de la casa de estudios participan en el proceso de desarrollo y validación del biofertilizante, lo que brinda una experiencia formativa en investigación y emprendimiento sostenible. La implementación de un enfoque multidisciplinario busca no solo garantizar el éxito comercial del producto, sino también fomentar el crecimiento económico y social en la región.

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