El Dinamo | ¿Es posible el indulto en las democracias modernas?
El académico de la UNAB, Mauro Basaure, aborda que el indulto puede sobrevivir en las democracias si y solo si constituye una forma de corrección de la justicia que no sea concebida ni entendida como una intervención indebida en el sistema de justicia
Considerado por muchos como un resabio de sociedades absolutistas, un vestigio de una prerrogativa monárquica, el indulto es muchas veces fuente de controversia.
En varias colonias, el indulto dependía directamente del rey o la reina, y no hay pocos casos en que la tardanza en viajar desde el centro monárquico al lugar de la ejecución significó la muerte del condenado. De hecho, en muchas monarquías actuales, pese a suponer un proceso y fuertes límites legales, el indulto sigue siendo una prerrogativa real.
Este origen absolutista se combina con uno cristiano, cuestión que permite entender por qué tradicionalmente y hasta hoy se otorga en torno a navidad o semana santa. Es típicamente la demostración de misericordia, piedad, gracia, clemencia, perdón, todos conceptos (que en otros idiomas refieren a la facultad de indultar) cuyo origen religioso se perdió en el vocablo español “indulto”. La popularidad y el carácter misericordioso del rey se maximizaba si al sentenciado a muerte se le hacía esperar hasta el último minuto, estando ya en el cadalso, para concederle el indulto frente a un público clamoroso. Varios casos en la historia de Chile del siglo XIX así lo muestran.
Pero ¿es el indulto moderno un mero vestigio absolutista? De ser así, ¿por qué las democracias
constitucionales modernas no lo han eliminado? ¿Por qué se mantiene como una potestad normalmente presidencial heredada de los reyes? Los anti-federalistas norteamericanos quisieron abolir el indulto recordando las muchas veces que fue usado de manera arbitraria, particularista y auto-interesada por los reyes europeos. Pero triunfaron los argumentos federalistas, quienes defendieron esa prerrogativa presidencial. Todo indica que el indulto cumple una función y por eso no desapareció con la fundación del Estado democrático de derecho.
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