El Dínamo| El segundo tiempo del Gobierno de Boric: desafíos y metas
José Navarrete, académico de la FEN y director del Magister en Tributación de la Universidad Andrés Bello entrega su visión del primer tramo del Gobierno de Boric que este 11 de marzo inicia su segunda mitad.
Gobierno de Gabriel Boric
Por tanto, el panorama actual no es de los mejores. Lamentablemente, el Gobierno no ha podido, o no ha sabido, cómo abordar los temas económicos de una forma más eficiente y eso, desde mi punto de vista, es el gran desafío para volver a encantar a la ciudadanía.
A pesar de lo anterior, el Gobierno ha puesto su foco en el Pacto Fiscal y la Reforma de Pensiones. Existe evidencia internacional de que el aumento de impuestos, vale decir, hacer más gravosa la actividad empresarial, trae consigo una baja en la actividad económica. Laffer propuso la idea que una mayor tasa impositiva genera un desincentivo y, por lo tanto, los ingresos netos del Estado tienden a disminuir. A nivel local, este fenómeno se pudo evidenciar en la reforma tributaria de Bachelet, la que finalmente no aumentó la recaudación como se esperaba.
En los últimos días se ha visto la intención de aumentar el impuesto personal para las rentas superiores a 3,2 millones mensuales. Desde mi punto de vista hay un trasfondo político detrás de esta iniciativa, puesto que, teóricamente, se estaría atacando “a los más ricos”, sin embargo, la realidad nacional, dado los altos costos de vida en el país, una familia, por ejemplo, con cuatro integrantes y con ingreso en torno a los cuatro millones, no es precisamente una familia rica, sino que, de clase media, considerando, además que por nivel de renta no tiene ningún tipo de cobertura en ayudas sociales.
No quiero decir que un alza de impuestos personales no sea una buena idea, sino que, en mi opinión, debería centrarse en los tramos de renta realmente altos, sin olvidar los potenciales efectos secundarios que se podrían generar.
Lamentablemente, este tipo de iniciativas revelan una suerte de desconexión con la realidad nacional, así como un desequilibrio entre los aspectos políticos o ideológicos, completamente válidos y los aspectos técnicos, ya sea económicos o tributarios, que, desde mi punto de vista, debiesen primar para este tipo de decisiones.