INCLUSION | Educación Física UNAB trabaja estimulación motriz en jóvenes con necesidades educativas especiales

Un trabajo conjunto entre la Universidad Andrés Bello sede Concepción-Talcahuano y las Fundaciones Potencialmente, Nidal, además del Programa de Habilidades Laborales de la casa de estudios hace que los alumnos de tercer y quinto año de la carrera de Educación Física trabajen con jóvenes con necesidades educativas especiales.

El proyecto “Experiencias pedagógicas inclusivas que favorecen el desarrollo de las habilidades motrices de estabilidad en un ambiente acuático”, tiene como objetivo generar  instancias de interacción entre nuestros estudiantes  y  externos,  con el fin de establecer procesos de  evaluación y de aprendizajes significativos que permitan relacionar las experiencias prácticas con el mejoramiento de la calidad de vida  de las personas involucradas en el proyecto; vivenciar experiencias que permitan  generar, aplicar y evaluar  a poblaciones neurodiversas, relacionadas con la calidad de vida y fomentar el crecimiento del conocimiento científico en el área de la diversidad.

Educación Física y Vinculación con el Medio

Humberto Castillo, director de la carrera de Educación Física-Entrenador Deportivo sede  Concepción, explicó que el proyecto de Vinculación con el Medio duró tres meses, se inició en el mes de abril . En él participaron directamente nueve estudiantes de tercer año que se desempeñaron como monitores en piscina. Además, trabajaron en las mediciones otros seis estudiantes de quinto año de esta misma carrera. Los beneficiarios fueron 45 jóvenes con necesidades educativas especiales permanentes, de las instituciones antes mencionadas”.

Así, se impartieron clases de estimulación motriz en la piscina de la universidad, donde hubo una evaluación pre y post test de la estabilidad corporal, con el fin de conocer el impacto del desarrollo de actividades acuáticas sobre el sistema neuromuscular de los participantes.

“Nos acercamos a estas instituciones con estudiantes en situación de discapacidad que tienen un proceso educativo regular, pero que carecen una infraestructura como la que puede ofrecer nuestra Universidad, una piscina temperada que cumple con altos estándares de calidad para llevar adelante este tipo de actividades. Además, nuestra malla curricular cubre el área de la discapacidad, por lo tanto, tenemos una doble ganancia, tanto por la atención que brindamos, como la experiencia que nos aporta este tipo de proyectos en la formación de nuestros alumnos”, explicó Castillo.

El docente comentó que este proyecto permite a los estudiantes “vivenciar a través de experiencias directas el acompañamiento a poblaciones con discapacidad y sensibilizar posteriormente a nuestros futuros profesionales al trabajo tan necesario con este grupo de personas que requiere de una atención inclusiva en la actividad física”.

Así, el objetivo fundamental fue entregar la posibilidad a estos niños, niñas y jóvenes de mejorar su calidad de vida a través de la práctica deportiva. “También buscamos que la realización de actividades acuáticas se transforme en una alternativa viable y eficaz para el mejoramiento del equilibrio, no solo corporal, ya que ayuda al mejoramiento del tono muscular sino también al mejoramiento de su autopercepción, como su estabilidad psicológica”.

Ya por finalizar el proyecto, Castillo detalló los avances que han tenido los usuarios de este proyecto en cuanto a sus necesidades.

“Uno de los primeros objetivos que nos planteamos es mejorar la autoestima y a través de las actividades acuáticas permitamos a los beneficiarios mejorar su capacidad aeróbica. Sin embargo, este proyecto en forma específica busca mejorar las capacidades de estabilidad en los niños y jóvenes con discapacidad, que sin duda ya en las últimas evaluaciones ya se han visto cambios positivos en esta área.

Para el docente, la experiencia es positiva, ya que “si bien en nuestra carrera se habían realizado actividades similares, nunca había sido con este tipo de población, por lo tanto, se podría decir que es la primera vez que nuestros alumnos viven esta experiencia”.

Intervención

El programa comenzó en abril de este año gracias al financiamiento entregado por Vinculación con el Medio de la casa de estudios para la realización de actividades que contribuyan a la formación del estudiante como también a la contribución externa del entorno relevante.

Participaron 30 niños, niñas y jóvenes de las Fundaciones Nidal y Potencialmente, además de 15 jóvenes del Diploma de Habilidades Laborales UNAB.

El proyecto contempla la intervención motriz con actividades lúdicas en un ambiente acuático (piscina), tres veces por semana. Estas actividades son planificadas y aplicadas por los estudiantes de la asignatura involucrada, con la supervisión de los docentes de la carrera. Además, debe realizar una evaluación pre y post test al inicio y termino de la intervención que permitirá construir un artículo científico.